Hazte premium Hazte premium

La UE duda si conceder el aplazamiento del Brexit ante el caos en Londres

El presidente del Consejo Europeo consulta a los países a la espera de conocer la decisión del Parlamento británico sobre el Tratado de Retirada

Juncker y Tusk en un gesto afable en la última cumbre para ambos REUTERS

Enrique Serbeto

En los anales del Consejo Europeo figurará la comunicación del primer ministro británico Boris Johnson , pidiendo por un lado una prórroga del plazo de ejecución del Artículo 50 y por otra aconsejando que esa petición sea denegada. La carta oficial sin firma fue recibida poco antes de la medianoche del sábado al domingo, según consta en el mensaje en redes sociales del p residente del Consejo Europeo Donald Tusk , que inmediatamente convocó una reunión del Comité de Representantes Permanentes (Coreper) también en un inusual horario dominical. Esa reunión duró apenas 15 minutos a media mañana de ayer y su decisión fue, a groso modo, dejar de lado por ahora lo que dice esa carta y esperar acontecimientos, a pesar de que el tiempo va comprimiendo poco a poco las distintas opciones.

La Comisión Europea también había devuelto la pelota a Londres, antes de que llegase esa extraña carta. Su portavoz principal dejó dicho por escrito que «la Comisión toma nota de la votación en la Cámara de los Comunes sobre la llamada Enmienda Letwin , lo que significa que el Tratado de Retirada en sí no se sometió a votación. Corresponderá al Gobierno del Reino Unido informarnos lo antes posible sobre los próximos pasos».

La discusión que tuvo lugar el jueves en el Consejo Europeo no era nueva, ya había tenido lugar con su antecesora, Theresa May , y sus colegas, presidentes y primeros ministros de los países miembros, se sintieron defraudados por el hecho de que no fuera capaz de mantener sus compromisos. El jueves por la noche fue el turno de Boris Johnson y este les prometió en todas las lenguas que conoce que esta vez lograría que fuera aprobado. No todos le creyeron, como fue evidente a la hora de comparar las reacciones de unos y otros. Frente al rocoso optimismo de Donald Tusk, que como ha dicho varias veces «en el fondo de mi corazón todavía soy optimista» y le gustaría ver una reversión del Brexit, el veterano presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, intentaba desmentir cualquier insinuación del primero de que la opción de una nueva prórroga estaba amablemente abierta.

Es posible que la insistencia de Juncker en cerrar esa posibilidad se debiera tanto a una posición estratégica para intentar forzar a los diputados británicos a apoyar esta última versión del Tratado a falta de alternativa que no sea la de un Brexit sin acuerdo, o que responda simplemente su deseo personal de que el calendario le permita dejar cuanto antes un puesto que su cada vez más evidente debilidad física confirma que le está consumiendo. El caso es que nada de lo que se había calculado en el Consejo Europeo preveía esta nueva vuelta de tuerca de la incertidumbre británica.

En el Coreper los embajadores de los Veintisiete decidieron en 20 minutos apenas de reunión que abrían un procedimiento escrito para tomar la decisión. Significa que no se prevé ninguna reunión extraordinaria del Consejo Europeo, sino que cualquiera que sea la medida que adopten lo harán a distancia, y ello les permite además esperar a ver qué pasa hoy lunes en el Parlamento británico, en caso de que los diputados de Westminster sean capaces por fin de tomar una decisión sobre el hecho más importante que le ha sucedido a su país en generaciones.

Juegos de calendario

La decisión de Tusk de «consultar con las capitales» es también un gesto para mantener en Bruselas abiertas todas las opciones, al menos mientras haya tiempo. El Parlamento Europeo se reúne también a partir de hoy por la tarde en Estrasburgo hasta el jueves a mediodía y ya no tiene más opciones de dar su opinión antes de la fecha del 1 de noviembre, en la que está previsto que se produzca la desconexión.

El calendario europeo se ha conjurado con un retraso de la confirmación de la nueva Comisión –que hubiera debido votarse también en Estrasburgo esta semana– lo que favorece una nueva prórroga de corta duración, aunque tuviera que ser considerada como una decisión «humanitaria» viendo el desgarro de la política británica. Pero como suele recordar el propio Tusk, esa es una decisión que ha de ser tomada por unanimidad. Yahora eso también es imprevisible.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación