Los dramas de la vida cotidiana en Cisjordania, en vídeo

Waed relata en el vídeo que su casa está a diez minutos en línea recta del colegio, pero que tarda mucho más porque tiene que pasar varios «checkpoints» en los que es registrado minuciosamente por los soldados israelíes. «Si los soldados, no nos paran, nos paran los colonos» , añade, además de mencionar la arbitrariedad de los controles («cada día hay nuevas normas»).

«Nos miran todo el rato y siempre preguntan: ¿dónde vas? ¿cuántos años tienes?», relata. «Siempre tienes que llevar tu certificado de nacimiento en el bolsillo. A veces se llevan a alguien de los que registran. A veces nos tiran granadas de gas para dispersarnos . Vemos cosas terribles».

El muchacho cuenta que ahora están construyendo una nueva valla que dificulta más su tránsito al colegio. Pero allí, la vida se impone: «Cuando llego al cole me siento más seguro. Me siento en paz. No hay nada que temer dentro del colegio. Nos sentimos como en casa», relata. «Es como salir de una guerra».

Waed quiere trabajar en la construcción, pero, como él dice, «eso será cuando acabe». Mientras tanto combina sus sueños con la cruda realidad del conflicto entre Israel y Palestina , una lucha sin fin que, aunque no lo recordemos, no deja de modificar las vidas de quienes la sufren.