La disidencia asegura que el acercamiento de la UE no es acorde a la realidad cubana

Desde esta perspectiva, el portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn), Elizardo Sánchez , no cree que La Habana responda «de forma positiva» a la última medida de la UE.

«El Gobierno va a mantener las cosas como están; la situación de los derechos humanos continúa empeorando y, a menos que ocurra un milagro, va a empeorar aún más porque no introduce reformas verdaderas ni ratifica los pactos de derechos humanos de la ONU que firmó hace cinco años», apunta el ex prisionero de conciencia cubano.

La jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton , insistió el pasado lunes en la vigencia de la Posición Común -que desde 1996 a instancias de España condiciona las relaciones con la isla a la promoción de la democracia- y destacó que «los derechos humanos siguen siendo un elemento central en las relaciones de la Unión con Cuba».

El secretario de Estado español de Exteriores, Gonzalo de Benito, que negó que el acercamiento esté relacionado con el caso del político español preso en La Habana Ángel Carromero, manifestó que la UE aprecia «una evolución positiva en Cuba».

Sin embargo, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) sostiene que esta afirmación no es acorde a la realidad del país gobernado por los hermanos Castro desde 1959, donde «los actos represivos y las detenciones por motivos políticos han aumentado en los últimos años». En el comunicado emitido por su portavoz, el ex preso político de la Primavera Negra Alejandro González Rag a, este grupo considera que de esta manera la Unión Europea «desactiva la Posición Común hacia Cuba».

El Observatorio recuerda además el caso del profesor universitario e investigador Antonio G. Rodiles , detenido hace dos semanas en una nueva oleada represiva en La Habana y ya considerado un preso político. Acusado de «resistencia», se encuentra en prisión provisional.

Rodiles dirige un espacio de debate llamado Estado de SATS y promueve una campaña que reclama a la dictadura cubana que ratifique los pactos de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y Civiles y Políticos de Naciones Unidas.

El Movimiento Cristiano Liberación (MCL) advierte, mientras tanto, a los Veintisiete que «establecer un diálogo con una sola parte de nuestra sociedad, la que silencia y oprime a la mayoría de los cubanos, es participar de la exclusión a la que la oligarquía somete al pueblo».

El movimiento de Oswaldo Payá recuerda asimismo que durante estos dieciséis años en que la UE no ha dejado de condicionar las relaciones con la isla a la promoción de la democracia y el respeto a los derechos humanos, el régimen cubano «tampoco ha reconocido en la ley ni en la práctica derechos fundamentales a los cubanos».

La periodista independiente Miriam L eiva concluye que «el aislamiento constituye la mejor arma de los elementos retrógrados, mientras la interacción impulsa el desarrollo y la democracia». Puntualiza, sin embargo, que «se requieren dos para bailar el son , como competería a las autoridades cubanas».