Detenido un hombre en París que intentó atropellar a una multitud en la mezquita de Créteil

Un hombre que deseaba «vengar» a las víctimas de las matanzas yihadistas del Bataclan (noviembre 2015) y los Campos Elíseos (abril 2017) intentó estrellar su coche contra los musulmanes que se encontraban a las puertas de la mezquita de Créteil ... , en la periferia norte de París, a las 18.30 del jueves.El individuo, al volante de su coche 4x4, intentó «sortear» las barreras metálicas de rodeaban la mezquita . Sin conseguirlo, en repetidas ocasiones, terminó estrellándose en las inmediaciones.Según las primeras informaciones, el conductor que deseaba consumar un acto de « venganza » contra los musulmanes de Créteil, huyó por un descampado, abandonado su coche, para volver a su domicilio. No hubo víctimas ni heridos entre los musulmanes que frecuentaban la mezquita, tras la jornada laboral .La policía detuvo y comenzó a interrogar al autor del intento de «venganza» horas más tarde, intentando esclarecer el origen último del comportamiento de un personaje sin antecedentes policiales conocidos.Michel Puech, prefecto de policía, publicó a última hora de la tarde un comunicado oficial condenando «enérgicamente» un intento de «venganza», sin incidentes, que bien traduce un clima de violencia apenas larvada, permanente, en la «banlieue», los suburbios de la periferia norte de París, donde la policía tiene fichados a más de 4.000 sospechosos de tentaciones yihadistas .El individuo que intentó estrellar su coche contra los musulmanes de la mezquita de Créteil pudiera permanecer detenido 24 o 48 horas, antes que un juez instructor decida inculparlo por un intento de agresión. En principio, las primeras filtraciones sugieren el acto de un individuo más o menos desequilibrado, que habría actuado sin cómplices.El intento de atentado, fallido, traduce de manera muy elocuente algo más que un «clima» de tensión permanente . En la «banlieue» y los suburbios de las grandes ciudades francesas, el multiculturalismo y las tensiones raciales están siempre en un estado inflamable. La «cohabitación» cívica en los «ghetos culturales» (esencialmente musulmanes) pasa mal o muy mal, con incidentes muy frecuentes y violencias «menores», siempre al borde de imprevisibles estallidos de violencia generalizada.