El canto del cisne

Ha sido un debate de verdad durante casi tres horas ininterrumpidas por la publicidad

El canto del cisne AFP

RAMÓN PÉREZ-MAURA

Ha sido un debate de verdad durante casi tres horas ininterrumpidas por la publicidad. Una pugna de las que captan la atención del espectador sin que se distraiga un minuto. No los debates tasados, encajados, que vemos en España. Aquí tenemos discursos bloqueados, recitativos sucesivos. ... En Francia hemos visto en este debate cómo se interrumpían y quitaban la palabra ambos candidatos y cómo los moderadores eran incapaces de moderar. Ni cuando Nicolas Sarkozy ha llegado a llamar "pequeño calumniador" al François Hollande que le impedía hablar lanzando graves acusaciones.

El encuentro dejó claro claro por qué la noche de la primera vuelta Sarkozy pidió tres debates antes de la segunda vuelta del próximo domingo y por qué Holande lo rechazó: el presidente saliente es un polemista terrible y anoche se mostró clarament superior. Logró acorralar a Hollande hasta el punto de que él pareciera el que tenía que rendir cuentas, mucho más que el hombre que tenía que defender ante los electores un balance de cinco años.

El canto del cisne

Sarkozy puso repetidamente a Hollande ante sus contradicciones, contestó todas las cifras que presentó Hollande dejando la duda del rigor del aspirante. Le planteó sus contradiciones respecto a la Alemania de Merkel, y especialmente le puso ante las contradicciones españolas.

Una vez más la España de Zapatero estuvo muy presente y Sarkozy se la lanzó a Hollande repetidamente a lo largo de la noche sin que el socialista fuese capaz de escabulirse. Ante su crítica por la supresión del impuesto de patrimonio le recordó que Francia era la excepción en esto y que su amigo Zapatero lo había suprimido en España. Y le frotó la herida recordándole que sólo Zapatero le ha recibido de entre todos los jefes de Gobierno europeos...

Cuando Hollande le exigió varias veces que contestara a preguntas que Sarkozy prefería evitar -como tener a Berlusconi en su mismo Partio Popular Europeo- le soltó un displicente "yo no soy su alumno". En cuestiones que en otros países son inimaginables, como las centrales nucleares, la discusión era sobre el cierre de una sola y Sarkozy demostró que Hollande no se sabía los datos.

Hollade tuvo un momento glorioso cuando los moderadores preguntaron qué querrían hacer como presiente y él empezó un largo recitativo con sucesivos "Yo, presidente de la República..." que concluyó explicando que él quiere ser un presidente cercano alos franceses. "La proximité". Y ahí hizo daño a Sarkozy porque una mayoría clara de sus compatriotas lo ve como un hombre distante de la realidad. Pero no estuvo mal el presidente cuando le recordó que ninguno de sus predecesores -Mitterrand incluído- fue un hombre normal porque no es un trabajo normal.

La conclusión puede ser que Sarkozy venció el único debate de la campaña, pero no es más que el canto del cisne porque la suerte está echada y el Frente Nacional, que está en proceso de refundación, sabe que conviene más a sus intereses la victoria socialista. Ha sido un debate de fin de régimen.

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