La UE se debate entre un pacto de mínimos o una ruptura total con el Reino Unido

Barnier ha informado a través de internet que por este contagio «hemos decidido suspender las negociaciones a nuestro nivel durante un corto periodo», aunque el trabajo proseguirá entre los técnicos de las dos partes «en pleno cumplimiento de las directrices». Barnier ya pasó la enfermedad en el mes de marzo, por lo que se le supone inmunizado .

En los últimos días se ha especulado mucho sobre la cercanía de un acuerdo para regular las futuras relaciones entre el Reino Unido y la UE, hasta el punto de que el primer ministro irlandés Micheál Martin llegó a anticipar que podría ser anunciado el lunes, después de que las capitales hubieran analizado la propuesta que eventualmente les sometería Barnier. Sin embargo, también hay países que creen que Barnier se habría dejado llevar por sus sentimientos y habría cedido demasiado para lograrlo, por lo que han hecho saber que si el resultado no cumple con las expectativas, prefieren una ruptura sin acuerdo. Algunos responsables y diplomáticos europeos aseguran que varios países, incluidos Francia, Holanda y España, temen que Michel Barnier, pueda estar demasiado ansioso por concluir un acuerdo con la parte británica, hasta el punto de que los presidentes tendrían que frenar sus planes y bloquear un pacto que consideran que sería peor para el conjunto de la UE que un escenario sin acuerdo.

La tesis, que también han difundido reiteradamente desde Londres, es que Barnier está obligado a retirarse a finales de enero, porque habrá cumplido los 70 años y las reglas de la Comisión le prohíben ejercer cualquier tipo de responsabilidad como director general, que es el rango que ostenta actualmente.

A pesar de este inesperado problema de contagios, Barnier tiene previsto informar hoy a los embajadores de la UE de los avances en las negociaciones durante esta semana. Es posible que tenga que intervenir por vía telemática, pero la comparecencia se mantenía ayer por la tarde.

Tanto Bruselas como Londres han sostenido desde hace tiempo que el tratado para regular sus relaciones futuras debería haberse cerrado, como muy tarde, a mediados de octubre para dar tiempo al proceso de ratificación antes de fin de año, que es cuando expira el actual estatus del Reino Unido. Pero puesto que hasta ahora se han mantenido diferencias incompatibles sobre temas esenciales como la pesca y las reglas que rigen la competencia leal para entrar en el mercado europeo, el plazo ya se ha rebasado, y aunque las negociaciones siguen, es evidente que incluso en el mejor de los casos se necesitaría un mecanismo provisional para evitar una desconexión seca a las 12 de la noche del 31 de diciembre .

Barnier, un veterano protagonista de la política europea, que ha sido varias veces ministro francés y comisario europeo, forma parte tan esencial de la gestión del Brexit que es difícil imaginar que las discusiones con el Reino Unido continúen sin él o que él se resigne a dejar el puesto sin haber logrado el objetivo. Por ahora, la versión oficial es que no hay ningún plan para sustituirlo ni para permitir una excepción en las reglas de gestión de personal de la Comisión. Barnier tampoco ha indicado públicamente qué planes tiene para su jubilación y si aceptaría la propuesta de quedarse un tiempo más.