El amargo cumpleaños del disidente chino Chen Guangcheng

Ni siquiera al cumplir 40 la Policía permite visitar al famoso activista ciego, que sigue bajo arresto domiciliario tras pasare cuatro años en la cárcel por criticar la esterilización y abortos forzosos de miles de mujeres

El amargo cumpleaños del disidente chino Chen Guangcheng abc

pablo m. díez

El disidente chino Chen Guangchen , un abogado ciego que se pasó cuatro años entre rejas por denunciar una campaña masiva de esterilizaciones y abortos forzosos en la provincia de Shandong, se quedó el sábado sin fiesta de cumpleaños. Aunque Chen fue liberado en ... septiembre del año pasado tras cumplir su condena, sigue confinado bajo arresto domiciliario en su pueblo , donde la Policía impide la entrada de amigos y periodistas para visitarlo.

Los últimos que lo han intentado, por supuesto sin éxito, son las 44 personas que el pasado sábado viajaron hasta Dongshigu, en la región costera de Shandong, para celebrar el 40 cumpleaños del famoso activista. Procedentes de todos los rincones de China , habían recorrido cientos de kilómetros en un autobús alquilado, pero fueron interceptados por la Policía y desviados con escolta hasta la ciudad de Tianjin, cerca de Pekín y a más de 500 kilómetros de Shandong. Además, 13 de ellos fueron arrestados antes de enviarlos de vuelta a casa.

«No hemos podido ver a Chen Guangcheng, pero lo intentaremos otra vez»

“No hemos podido ver a Chen Guangcheng, pero lo intentaremos otra vez. No renunciaremos”, explicó a la agencia France Presse Deng Zhibin, uno de los “peticionarios” que formaba parte del grupo. En China, así se conoce a los agraviados por las injusticias o abusos de las autoridades que, siguiendo una antigua tradición imperial, acuden a Pekín para protestar ante el Gobierno central pese al acoso al que les somete la Policía.

En los últimos días, a través de internet se ha organizado una campaña para entrar en el distrito de Linyi, donde se ubica el pueblo de Dongshigu, y pedir la libertad de Chen Guangcheng, quien ha denunciado malos tratos policiales . Pero quienes lo han intentado han sido ahuyentados a palos por “gorilas” al servicio de las autoridades, como suele ocurrir en todos aquellos lugares de China que tienen algo que ocultar y donde los extraños nunca son bienvenidos.

Chen se convirtió en un “enemigo del Estado” al criticar la implacable política de natalidad impuesta por el régimen de Pekín, que esterilizó y practicó abortos forzosos a miles de su mujeres en su provincia natal, Shandong.

Sus críticas, profusamente documentadas, pusieron el dedo en la llaga de la política del “hijo único” impuesta por el Gobierno chino a finales de los 70 y destaparon las irregularidades en su cumplimiento por parte de las autoridades locales. Apodado el “abogado en alpargatas” por sus orígenes humildes, Chen fue condenado a cuatro años y tres meses de cárcel por “dañar intencionadamente la propiedad y reunir a una multitud para interrumpir el tráfico” en una protesta contra el régimen. Otro ejemplo de que la Justicia es un cuento chino para Pekín, que la utiliza como un elemento más de represión.

Aunque Chen se quedó ciego durante la infancia , con tesón estudió leyes de forma autodidacta y pronto empezó a interesarse por los abusos que sufrían sus vecinos, especialmente los disminuidos que estaban exentos de pagar impuestos. Tras desvelar la campaña de esterilizaciones y abortos forzosos, las autoridades de Linyi acosaron a Chen y a su esposa, la también abogada Yuan Weijing, hasta el punto de impedir sus movimientos y comunicaciones.

Mientras su mujer lleva desde 2005 constantemente vigilada o confinada bajo arresto domiciliario , él fue sentenciado en 2006 después de que tres de sus abogados fueran detenidos la noche antes del juicio, otro más recusado por el tribunal y el quinto sufriera una paliza. Dentro de las irregularidades del proceso, sus partidarios aseguran que las pruebas contra Chen por instigar un ataque contra las oficinas del Gobierno y dirigir a un grupo de manifestantes para cortar el tráfico estaban amañadas.

Teóricamente en libertad, Chen Guangcheng sigue siendo prisionero del régimen , como demostró en un vídeo grabado en febrero que consiguió hacer llegar a un grupo defensor de los derechos humanos en Estados Unidos, China Aid. En dicha grabación, difundida en internet, aseguraba que no podía dar un paso fuera de su casa porque la Policía lo acosaba las 24 horas del día y había puesto cámaras de vigilancia alrededor de su domicilio y en la entrada al pueblo.

Con esta libertad rigurosamente vigilada, sin fiesta ni tarta con velas, ha celebrado Chen Guangcheng su 40 cumpleaños.

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