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El corazón de Marraquech no deja de latir

La capital turística de Marruecos trata de recuperar la normalidad tras el atentado suicida de este jueves

LUIS DE VEGA

LUIS DE VEGA

Los gritos de los comerciantes del zoco y de los vendedores de zumo han dejado paso al silencio, acunado solo por el ruido de las motocicletas de todos los que se acercan a contemplar el restaurante Argana destruido y convertido en un pequeño santuario ... del horror . También se acercan hombres y mujeres en bicicleta. Y ciudadanos a pie. Todos miran y callan. Algunos apenas comentan en voz baja con el de al lado, como queriendo respetar la memoria de los que se han ido para siempre.

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