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Clinton y Hu Jintao discuten sobre las disputas territoriales de China

De visita en Pekín, la responsable de la diplomacia estadounidense aborda con el presidente chino sus diferencias sobre Siria. Su encuentro con su sucesor, Xi Jinping, es cancelado a última hora

Clinton y Hu Jintao discuten sobre las disputas territoriales de China afp

pablo m. díez

En el ecuador de su gira de once días por seis países asiáticos, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton , se ha reunido este miércoles con el presidente chino, Hu Jintao , con quien ha tratado de limar las cada vez mayores diferencias entre ambas superpotencias. Sobre la mesa había asuntos tan espinosos como Siria , el programa nuclear de Corea del Norte y la creciente tensión entre Pekín y sus vecinos por la disputa de varios archipiélagos estratégicamente situados en el Mar de la China Oriental, al parecer ricos en yacimientos y bancos de pesca.

Precisamente, el encuentro entre Clinton y Hu coincidió con la noticia, publicada por varios medios nipones, de que el Gobierno japonés había llegado a un acuerdo para comprar a sus propietarios parte de las islas Senkaku (Diaoyu en mandarín), que China también reclama. Pero parece difícil de encontrar un punto medio entre las posturas que ambos mantienen.

«Somos capaces de explorar áreas de acuerdo y desacuerdo de forma muy abierta, lo que demuestra la madurez de la relación y la posibilidad de ampliarla en el futuro», aseguró la responsable de la diplomacia estadounidense antes de verse con el presidente chino en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.

A pesar de sus buenas palabras, los medios controlados por el régimen de Pekín han criticado duramente la postura de Washington sobre las islas que China se disputa con varios países de la región, como Japón, Taiwán, Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei. Antes de recalar en Pekín, Clinton recomendó a la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean) «trabajar de forma coordinada para resolver las diferencias sin coerción, intimidación y, por supuesto, sin el uso de la fuerza», lo que no ha sentado nada bien en China.

Mientras la Casa Blanca quiere que Pekín negocie tales disputas territoriales en un foro regional, por ejemplo en la cumbre de Asean de noviembre en Camboya, el régimen chino prefiere afrontarlas individualmente para mantener su posición de fuerza. «Hay abundantes pruebas históricas y jurisprudencia de nuestra soberanía sobre las islas del Mar de la China Oriental», señaló el titular de Exteriores, Yang Jiechi .

«Sembrar la discordia»

«Esperamos que Estados Unidos mantenga su compromiso de ayudar, en lugar de dañar, la paz y la estabilidad de la región», advirtió el portavoz de Exteriores chino, Hong Lei , mientras el Diario del Pueblo, altavoz del Partido Comunista, iba más allá en sus quejas. «La reciente postura de EE.UU. sólo puede crear la sospecha de que está intentando sembrar la discordia para obtener alguna ventaja», criticaba el periódico.

Tampoco hubo acuerdo sobre Siria, donde el veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU sigue impidiendo tomar una postura más dura contra el régimen del presidente Bashar Al Assad para poner fin a la guerra civil que desangra al país. «No es ningún secreto que estamos decepcionados por las acciones de Moscú y Pekín bloqueando las resoluciones del Consejo de Seguridad, pero esperamos alcanzar la unión para acabar con la violencia en Siria», reconoció Clinton.

En una comparecencia conjunta con la secretaria de Estado, el titular de Exteriores chino, Yang Jiechi, replicó que «la Historia juzgará que nuestra postura sobre Siria es la forma apropiada de manejar la situación porque tenemos en mente los intereses de su pueblo y la región».

Con respecto a Corea del Norte, Clinton instó al presidente Hu Jintao a ejercer su «influencia única» sobre el régimen estalinista de Pyongyang porque «hay una oportunidad de que su nuevo líder, Kim Jong-un , mejore la vida de su pueblo».

Lucha de poder

La secretaria de Estado también tenía previsto reunirse con el vicepresidente Xi Jinping , quien se postula como el sucesor de Hu Jintao, pero el encuentro fue cancelado a última hora por «problemas imprevistos de agenda». La suspensión, también sin explicación, de otra entrevista de Xi Jinping con el primer ministro de Singapur, Lee Hsieng Loong , ha vuelto a disparar las especulaciones sobre la crisis que atraviesa el régimen chino por la renovación de su cúpula en el Congreso del Partido Comunista que tendrá lugar en otoño, probablemente antes de las elecciones americanas en noviembre. Como se ha visto en el reciente escándalo de Bo Xilai , el gerifalte defenestrado por corrupción cuya esposa ha sido condenada a muerte por el asesinato de su socio británico, dicho cónclave ha desatado una virulenta, pero silenciosa, lucha de poder en China.

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