China y la UE dan por zanjada la crisis diplomática de la presidencia francesa

«El presidente Barroso me ha preguntado si había algún tema del que no quisiera hablar en esta conferencia de prensa, pero yo le he dicho que en China podemos hablar de todo», dijo «con el corazón» el primer ministro chino, mientras el presidente de la Comisión Europea intentaba sonreír ante la revelación de su acompañante. Wen ha venido a Bruselas como el representante de una potencia que conoce su poder real en estos momentos, diciendo que «China apoya la integración europea, pensando en que las relaciones con la UE son estratégicas para nosotros porque tendrán efectos positivos en la paz y estabilidad del mundo».

La gira europea del primer ministro chino -que incluyó Alemania, Davos (Suiza), la entrevista con Barroso y con el primer ministro checo y presidente del Consejo, Mirek Topolanek y con Javier Solana- tiene también cita con España, a donde Wen llegó ayer con una delegación de empresarios con el objetivo de firmar acuerdos en los sectores de la banca y telecomunicaciones. Tras un breve encuentro con el Rey, se entrevistó con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa. Hoy participará también en un acto público en el Instituto Cervantes. El lunes estará en el Reino Unido.

La cumbre entre la UE y China se celebrará, según se anunció ayer, antes de que termine la presidencia checa. Es decir, antes del verano, lo que constituye un reflejo de la voluntad de pasar página cuanto antes en este capítulo. Pero Francia ha quedado fuera de esta gira europea de Wen, la primera que realiza este año.

La gira ha dejado satisfechas a las instituciones europeas, salvo el Parlamento, donde la defensa de la democracia es un principio que se mantiene a salvo del pragmatismo de las instituciones ejecutivas. A la UE y a China les preocupa en estos momentos sobre todo la crisis financiera internacional, pero de esto ya había hablado Wen en Davos.