Cuba deja de ser Cuba

Díaz Canel saborea un poco de la medicina castrista, que aplicaron en dosis en la región, para inocular el virus de esa facha que es el comunismo. Ahora, el dictador S.XXI se da cuenta de que es amarga. Es el gusto que se siente en el paladar cuando sabes que, por tu camino, el que elegiste con Raúl, no hay salida y es cuestión de tiempo, más tiempo, -después de resistir 60 años-, para que todo termine de estallar.

Al Castro que queda y a su pupilo se les incendia la isla y el único extintor que tiene a mano es la represión. Esta de verdad. Por mucha 'inteligencia' acumulada que tenga el G-2, frente a la desesperación de la gente sólo tienen balas o prisión para mantenerla lejos de las calles. Lo hicieron antes y están en ello ahora.

Cuando no tienes nada que perder, ni el miedo, el peor de los males del ser humano, te echa para atrás. Eso es lo que está pasando en Cuba. Los cubanos tienen hambre, están enfermos y el mito de la mágica ciencia caribeña está roto, no funciona, es falso, como la revolución. La vacuna Abdalá, con sus tres dosis, reacciona como agua destilada frente al Covid, los alimentos sólo están en las tiendas (asaltadas) donde se compra en dólares... El turismo desapareció y la isla se ha quedado seca.

Nunca como en las crisis valió tanto internet. Por eso, la dictadura voló para cortarlo. Ni FB, ni YouTube, ni redes sociales, ni nada, pero en estos tiempos hacer eso es hacerlo tarde. El fundido en negro es un parche lleno de agujeros que permite al mundo ver qué hay detrás. Y hoy, lo que se ve en Cuba, es resistencia popular y mucha miseria. Otro tipo de revolución.