Berlusconi temió por su seguridad momentos antes de entrar al mitin en Milán

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, permanecerá otro día ingresado en el hospital San Raffaele de Milán como consecuencia de la agresión que sufrió ayer, según detalla el boletín médico difundido este mediodía por el primario Alberto Zangrillo.

El 'premier' sufre "fuertes dolores de cabeza" ... y "se alimenta con fatiga", por lo que los médicos que le están atendiendo han decidido mantenerle un día más en el hospital y en todo caso valorarán mañana si le conceden o no el alta.

"Mañana decidiremos, pero no es seguro que le demos el alta. Las consecuencias (del golpe) son más graves de lo que habíamos pensado en un primer momento, por lo que no se espera el alta antes de 24 ó 36 horas", añadió Zangrillo.

Además de tener dos dientes superiores rotos, Berlusconi ha sufrido una fractura en la nariz y dos profundas heridas, una en el labio y otra en la encía, que han necesitado puntos de sutura. Aun con todo, los médicos no consideran necesario operarle, según concretó Zangrillo.

El primer ministro fue ingresado en el hospital ayer por la tarde, después de que un desequilibrado mental le lanzara una reproducción en miniatura de la catedral de Milán al término de un acto público de su partido, el Pueblo de la Libertad.

El agresor, que se llama Massimo Tartaglia y tiene 42 años, se halla encarcelado y está acusado de lesiones agravadas por premeditación y por la condición pública de la parte ofendida.

Según informan los medios locales, Tartaglia habría justificado su acción con motivos políticos al discrepar con las ideas de Berlusconi. En el momento de la agresión, llevaba escondidos en una bolsa un objeto puntiagudo de vidrio y 20 centímetros de largo, un encendedor de grandes proporciones, un crucifijo de 30 centímetros y otra figurilla de cuarzo.

A lo largo de esta mañana, el 'premier' recibió la visita de varios exponentes políticos, empezando por el número dos de su partido y presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, y el secretario general del Partido Demócrata (PD), el principal partido de la oposición, Pierluigi Bersani.

También acudió al hospital el presidente del Senado, Renato Schifani, quien a la salida, explicó que "más allá del dolor físico" lo que "hace sufrir" al 'premier' es "el odio político" que está detrás de esta agresión.

«¿No piensas que puede pasar algo?»

Los aliados de Berlusconi creen que la agresión en Milán tras un mitin es fruto del clima de "odio y tensión" que se respira en el país. Según refirió el presidente del Senado y dirigente de su partido, Renato Schifani, "más allá del dolor físico, lo que hace sufrir a Berlusconi es el odio político que se ha transformado en una agresión".

Un clima de tensión que incluso, según desveló el portavoz del primer ministro, Paolo Bonaiuti , había hecho pensar a Berlusconi que le podría pasar algo. "Paolo, ¿no sientes la tensión?, qué clima de violencia, qué espiral de odio nos rodea. ¿No piensas que puede pasar algo? ", comentó Berlusconi antes de llegar ayer al mitin en la Plaza del Duomo de Milán, según aseguró Bonaiuti al canal de televisión Canale 5, propiedad del primer ministro.

Los correligionarios de Berlusconi coincidieron hoy en que l a agresión no es el gesto aislado de Massimo Tartaglia, un hombre de 42 años que sufre de problemas mentales y que fue quien le arrojó la estatuilla que le hirió, sino que se deriva de la creciente atmósfera de "odio" contra el primer ministro que se vive en el país.

Campañas de odio

"La responsabilidad de la vergonzosa y criminal agresión de Milán no puede ser atribuida sólo a quien ha atacado físicamente a Berlusconi. Las campañas de odio, la agresión periodística, el lenguaje descabellado (...). Podemos dar nombres, lugares y episodios que han preparado este gesto", según un comunicado de los senadores del Pueblo de la Libertad, partido del primer ministro.

Para el titular de Defensa, Ignazio La Russa, no se trata de un gesto aislado, "porque lo más grave es el clima de odio del que nace".

Según los conservadores, el principal causante de este "clima de odio", es el líder del partido opositor "Italia de los Valores" (IdV), el ex magistrado Antonio Di Pietro, quien condenó la agresión, pero añadió que Berlusconi con su comportamiento y con su actitud "instiga la violencia".

Aunque todos los representantes de la oposición declararon su solidaridad a Berlusconi, también desataron la polémica las declaraciones de Rosy Bindi, presidenta del primer grupo opositor, el Partido Demócrata (PD), quien consideró que Berlusconi y su Gobierno deben "se tienen que sentir responsables" del supuesto clima de odio.

"Berlusconi es víctima del gesto aislado de una persona psicológicamente frágil y es evidente que no existe algún instigador. Si se quiere hacer una honesta reflexión sobre el clima político todos se tienen que sentir responsables, incluidos el presidente del Gobierno y su mayoría", dijo Bindi.

Para el ministro del Interior, Roberto Maroni, el "clima de intolerancia" que se vive en Italia ha sido una de las causas de la agresión a Berlusconi y señaló que "le podían haber matado".

Maroni también anunció que está estudiando medidas para bloquear los sitios de Internet que fomenten la violencia, en referencia a la creación de portales y grupos en redes sociales como Facebook que aplauden el gesto de Tartaglia.

Otra de los debates de hoy en el país es si hubo o no fallos en el dispositivo de seguridad del presidente del Gobierno, a pesar de las dificultades de gestionar los frecuentes baños de multitudes que protagoniza Berlusconi.

Maroni explicó que se estudiarán los posibles errores, pero añadió que "Berlusconi tiene todo el derecho de acercarse a sus seguidores, porque esto es la democracia y la política".

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