Los nacionalistas flamencos piden la salida de Bélgica de la francofonía

La provocación nacionalista, una vieja táctica del N-VA, se apoya ahora en el descrédito del lugar elegido por los países francófonos para tener su cita periódica. El Congo de Joseph Kabila -muy presente en la opinión pública belga por su condición de antigua metrópoli- es fuente de críticas tanto por las denuncias de fraude en la reelección del presidente como por la larvada guerra civil y regional que sufre el este de ese país africano.

El N-VA afirma en su comunicado que “los flamencos no tienen la misma visión del mundo que los valones”, por lo que la política exterior debe ser fruto de un pacto entre las dos comunidades lingüísticas, la holandesa y la francesa. “No sólo el Estado federal, sino también las regiones participan en la definición de la política exterior”, concluye el comunicado de los nacionalistas flamencos.

La tensión entre las dos regiones no se ha suavizado desde la llegada al gobierno del francófono Elio Di Rupo , que ha optado por un ministro de Exteriores también francófono.

Los nacionalistas flamencos fueron el partido más votado en la región de Flandes en las legislativas de 2010, pero optaron por mantenerse en la oposición. El N-VA exige que Bélgica se retire de la Organización Internacional de la Francofonía, y que -si así lo desean- se integren en esa entidad sólo los representantes de la región de Valonia.