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Asia Bibi somos todos nosotros

Los predicadores del odio están asesinando a quienes comparten una fe nacida en Oriente, pero asentada y expandida a partir de Europa

Asia Bibi, en una imagen de archivo EFE
Ramón Pérez-Maura

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Todos hemos oído hablar de la espeluznante historia de Asia Bibi, una pobre mujer analfabeta de la aldea de Ittam Wali, en el Punjab paquistaní, donde había sólo tres casas habitadas por cristianos entre los que se contaba ella. Asia fue acusada de ... blasfemar en junio de 2009 por sus compañeras en la recolección de frambuesas. Inmediatamente detenida, sería condenada a muerte . Gracias a la movilización internacional el caso fue de apelación en apelación hasta llegar al tribunal supremo donde esta semana Asia, que ya tiene 47 años, fue declarada inocente. Al celebrar la sentencia, hay que empezar por congratularse del valor de los miembros de esa instancia judicial: ya hay dos cargos públicos paquistaníes que han perdido la vida por defender a la cristiana Bibi. Uno de ellos, Salmaan Taseer, gobernador del Punjab, fue asesinado por su propio guardaespaldas por pedir la libertad para Asia Bibi.

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