La resolución contó con el apoyo de 141 países , mientras que 35 miembros -entre ellos, China, el socio decisivo de Moscú- se abstuvieron y solo cinco votaron en contra : Rusia, Bielorrusia -que ha intervenido en la invasión de la mano de Rusia-, Siria, Corea del Norte y Eritrea.
El texto es muy similar al que no se pudo aprobar la semana pasada en el Consejo de Seguridad, el órgano de poder de la ONU, porque Rusia , uno de sus cinco miembros permanente, ejerció su derecho a veto . En su redacción final, acogió cambios importantes como sustituir la palabra «condena» a la invasión rusa por «deplora».
Al contrario que las resoluciones del Consejo de Seguridad, las de la Asamblea General no tienen poder vinculante . Pero la aprobada este miércoles sí tiene peso político y se suman a la condena generalizada de la comunidad internacional por la agresión rusa.
El reparto de votos y los mínimos apoyos de Rusia muestran que Vladímir Putin está aislado en su objetivo de derrocar al Gobierno de Kiev y controlar a Ucrania por la fuerza.
«El mensaje de la Asamblea General es alto y claro: cesad las hostilidades de Ucrania ahora», dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres , tras el voto. «Callad las armas. Abrid la puerta al diálogo y a la diplomacia ahora. La soberanía y la integridad territorial de Ucrania debe ser respetada de acuerdo a la Carta de la ONU».
Ese mismo texto fue utilizado por el embajador de Ucrania, Sergii Kislitsia, en su alegato a favor del voto condenatorio contra Rusia. «Es muy fácil firmar la Carta de la ONU en tiempos de paz. Pero es nuestro deber confirmarla e implementarla en tiempos de guerra», dijo.
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