Un antiguo miembro de los ‘Escuadrones de la muerte’ nazis muere sin haber sido condenado

La noticia fue desvelada por su abogado, Ronald Poulton, quien ha insistido en que Oberlander nunca fue condenado a pesar de que estaba inmerso en litigios desde hacía más de veinte años . «Era caritativo y un hombre de familia que daba dinero en la iglesia», señaló el letrado en un comunicado. Su caso saltó a los medios de comunicación en 1995, cuando se le imputó haber ocultado su pasado como miembro de un ‘Einsatzkommando’ en el departamento de inmigración. El proceso le costó la ciudadanía en 2018 y la Corte Suprema ratificó la decisión un año después. Sin embargo, hace poco la causa se detuvo por culpa de la mala salud del acusado. Así, hasta su fallecimiento.

El anciano no negó jamás haber pertenecido a una de estas unidades. Lo que sí alegó fue haber sido un mero traductor. La realidad es que será difícil rastrear cuál fue su labor en los llamados ‘Escuadrones de la muerte’, aquellos acusados por los tribunales Aliados de «organizar una limpieza étnica en la retaguardia de la ‘Wehrmacht’ ». «Las instrucciones eran que en las áreas operativas rusas se ejecutara a los judíos, así como a los comisarios políticos rusos. Entre 1941 y 1942 los ‘Einsatzkommandos’ informaron de la liquidación de unas 90.000 personas», explicó en Núremberg el general de las SS Otto Ohlendorf, líder del ‘Einsatzgruppen D’, al que estaba adscrito Oberlander.

Ohlendorf se quedó algo corto en sus cálculos. De hecho, se estima que la unidad a la que pertenecía Oberlander llegó a la cifra de 100.000 asesinados , entre ellos mujeres y niños. Aunque el canadiense, nacido en 1924 en Ucrania, defendió siempre que había sido obligado a alistarse a los 17 años bajo la amenaza de ser ejecutado y que no había participado en las atrocidades. Fuese verdad o mentira, la realidad es que nunca ha podido demostrarse su colaboración en las matanzas desde que arribó a Canadá en 1954. Con todo, también es cierto que fue incluido en la lista de criminales de guerra nazis sin procesar que el Centro Simon Wiesenthal –destinado a documentar las víctimas del Holocausto– publicó en 2016.

La controversia, en definitiva, sigue abierta. Ejemplo de ello es que, el pasado jueves, la asociación judía B'nai Brith Canada criticó a través de un comunicado que el fallecido no fuese expulsado del país. «La muerte en paz de Helmut Oberlander en suelo canadiense es una mancha en nuestra conciencia nacional. Este país cerró sus puertas a los refugiados, pero sí dio cobijo a sus torturadores», explicó el director del grupo, Michael Mostyn. El Centro Simon Wiesenthal hizo lo propio y afirmó a través de una nota de prensa que «supone una gran vergüenza» su fallecimiento sin haber sido juzgado por sus crímenes.