González llama «torpe» a Maduro y le desafía diciendo que volverá a Venezuela

A quienes cuestionan su decisión de defender a los opositores venezolanos encarcelados, como el presidente boliviano, Evo Morales, aliado de Maduro, Felipe González les contesta que «la esencia de la democracia es posibilitar que aquellos que no piensan como tú sean libres». Es más, a González no solo no le da «miedo» que el régimen bolivariano le declare persona «non grata» –«lo pueden hacer, pero espero que se apoyen en la Convención de Viena, no en una decisión de una asamblea ilegítima»– y piensa volver porque nadie puede impedirle ver a dirigentes democráticos.

Al margen de que no haya podido ver a algunos de los dirigentes opositores encarcelados, el exmandatario socialista vuelve «seriamente preocupado y triste» por Venezuela, «un país en proceso de destrucción», una «catástrofe» en términos de seguridad, de crisis social y económica y de libertades básicas, de la que ha responsabilizado directamente al presidente. Es más, cuando se le ha preguntado si en Venezuela manda Cuba, González no ha dudado en señalar que «es hoy mucho más un estorbo para Raúl Castro que una ayuda». «Venezuela necesita diálogo y reconciliación y para eso necesita un ambiente de vida en libertad con medios plurales y de restitución de la democracia», insistió. Sin embargo, es pesimista, porque no ve signos de reacción en el régimen: «todo el mundo está preocupado por lo que sucede en Venezuela menos Maduro».

González confirmó que durante su estancia en el país caribeño se reunió con las familias de los opositores encarcelados, visitó al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, en situación de arresto domiciliario –«recluyéndole no sólo le privan de libertad, también castigan a sus electores», dijo–, habló con el director del diario venezolano ‘Tal Cual’, Teodoro Petkoff y también se entrevistó con Leopoldo Capriles, con quien Nicolás Maduro se niega a dialogar. «La situación en Venezuela preocupa a todo el mundo. Quien se niega a hablar con quien representa a la mitad de los venezolanos, como hace Maduro con Capriles, no es demócrata», insistió un Felipe González que aguantó en Caracas hasta que las autoridades chavistas le negaron la autorización para visitar a Ceballos y a López en el penal militar.

«Frente a una dictadura, uno sabe a qué atenerse; frente a una democracia traicionada, uno no sabe cómo actuar», señaló el expresidente español para explicar gráficamente lo que él cree que está pasando en ese país.

Metido ya en la refriega con Maduro, Felipe González le acusó de mentir cuando dice que no sabía que iba a abandonar territorio venezolano en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana: El expresidente español había quedado con Santos , a la ida hacia Caracas, en que, «si tenía oportunidad», regresaría a Bogotá para encontrarse con él y hablar de dos temas en los que «hace mucho tiempo» mantienen «una larga conversación»: el proceso de paz y la visita de Santos a Europa para acudir a la reciente cumbre entre la Unión Europea y la CELAC.

González asegura que tenía billete de vuelta en una línea regular de Caracas a Madrid para el miércoles, pero Santos le envió ese avión oficial colombiano el martes por la mañana, para poder almorzar con él en Bogotá antes de partir hacia Bruselas, a la cumbre de los países latinoamericanos con la UE. «No hace falta ser expresidente de nada para ver cómo operan los vuelos internacionales», señaló González en referencia a los permisos del Gobierno venezolano que necesitaba el avión de la Fuerza Aérea Colombiana que le recogió en Caracas.

«Era imposible que Maduro no lo supiera , y si es verdad que no lo sabía, pues mucho peor».

«Por cierto, Santos acude a Europa, no como otros que aducen para no hacerlo motivos de salud, pero que no han tenido empacho en salir por televisión lustrosos y abroncando durante las 48 que estuve en Venezuela», remachó el mandatario español contra Maduro, en alusión a la otitis que adujo el lunes pasado para suspender su visita a El Vaticano para ser recibido en audiencia por el Papa Francisco.

En sectores diplomáticos se achaca la cancelación de ese viaje al miedo de Maduro al rapapolvo del Pontífice por la situación en que se encuentran los presos políticos venezolanos a los que Felipe González fue a visitar esta semana en Caracas.