Jeb Bush lanzará su candidatura republicana a la Casa Blanca el 15 de junio

Precisamente un artículo de «The New York Times» le criticaba ayer por prolongar la actual situación, en la que puede recaudar fondos de campaña sin la obligación de desvelar su origen. Una vez que sea candidato, deberá declarar su procedencia y ya no podrá coordinarse con grupos de apoyo.

Hillary Clinton ya anunció su candidatura hace dos meses y tanto el Partido Demócrata como el Republicano, especialmente este último, cuentan con varios candidatos declarados. Las últimas incorporaciones han sido las del demócrata Lincoln Chaffee y la del republicano Rick Perry. Las primarias en ambos partidos tendrán lugar desde comienzos de 2016; y las elecciones presidenciales se celebrarán en noviembre de ese mismo año.

El equipo de campaña del menor de los Bush cuenta con que el anuncio supondrá su alza en las encuestas para las primarias. Hasta ahora las venía liderando, aunque con poca ventaja —a diferencia de la enorme delantera que Clinton lleva en el campo demócrata—, pero en las últimas semanas su posición ha ido decayendo. En un sondeo publicado el miércoles por «The Washington Post», el exgobernador de Florida pasó a un segundo nivel, empatado con el senador Marco Rubio. En primer lugar figuran el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, y el senador Rand Paul.

Bush presentará su candidatura en Miami Dade College, uno de los mayores centros universitarios de Estados Unidos. Con ello pretende poner especial acento en una de sus prioridades: la mejora de la enseñanza. Además, cortejar el voto en Florida es vital para Bush, pues allí rivaliza con Rubio, senador por ese estado.

Entre los demócratas, el último en anunciar que competirá con Clinton ha sido Lincoln Chaffee, exgobernador del estado de Rhode Island. El hecho de que Chaffee haya cambiado de etiqueta política a lo largo de su carrera —comenzó como republicano, pasó a independiente y ahora es demócrata—, así como el de haber dejado el puesto de gobernador en enero sin haber intentado batallar un segundo mandato, siembran algunas dudas sobre la solidez de su candidatura.

Su propuesta de que Estados Unidos se pase al sistema decimal y deje millas, acres y grados Fahrenheit le da un punto ciertamente exótico. Su propósito es combatir a Clinton desde la izquierda.