La UE se prepara para una etapa de tira y afloja con Cameron sobre el referéndum

En pocas palabras, Bruselas cuenta con que habrá un referéndum sobre la permanencia de Gran Bretaña en la UE en 2017, como se ha comprometido el vencedor de las elecciones, pero que están dispuestos a ayudar a Cameron si quiere hacer campaña para evitar su salida.

Los únicos límites que se plantea por ahora la UE están en el respeto a las llamadas «cuatro libertades»; es decir, libre movimiento de mercancías, de capital, de servicios y de personas. Con las tres primeras, Londres no tiene ninguna objeción. Con la última, la libre circulación de personas, el portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas, ha reconocido que hay un cierto espacio de «zona gris» en la que hay posibilidades de ajustar la legislación europea para evitar abusos y contentar las susceptibilidades británicas.

Tampoco ha excluido la posibilidad de que el debate lleve hacia una reforma de los tratados; algo «muy difícil pero que forma parte de los instrumentos para diseñar el futuro de la UE», aun pensando que con los textos actuales «se pueden hacer muchas cosas». Pero la Comisión Europea mantiene la tesis de que no es posible una Europa «a la carta» en la que cada país ajuste sus condiciones, porque eso llevaría a su disolución automática.

En Bruselas esperan, de todos modos, que Cameron tenga bien preparados los planes para ese referéndum, en el que le volverán a estallar todos los problemas que este creía haber dejado atrás con su victoria electoral. Los votantes del nacional-populista UKIP , más del 12%s, puede que no lleguen para lograr escaños, pero tendrán un peso fundamental en un voto sobre la permanencia del país en el club europeo. Es más, probablemente si quiere lograr un voto en contra de la salida de la UE deberá pactar con los nacionalistas escoceses, lo que dañará aún más la cohesión interna del Reino Unido.