El Gobierno de Kirchner acusa a Nisman de malversación y lo llama «sinvergüenza»

Tales afirmaciones fueron hechas por el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, habitual vocero del kirchnerismo. Fernández descalificó a Nisman en base a información que habría provisto a la Justicia el abogado de Diego Lagomarsino, exasesor del fiscal y última persona que lo vio con vida. Lagomarsino es propietario del arma que terminó con la vida de Nisman, y que fue hallada junto a su cadáver. Según su versión, Nisman le había pedido prestada el arma para protección personal.

La exmujer del fiscal, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, no cree en la hipótesis del suicidio ni en la versión de Lagomarsino, a quien apunta como instigador del presunto crimen. Como querellante en la causa, Arroyo intenta probar que su exmarido fue asesinado y que Lagomarsino pudo haber estado presente en la escena del homicidio.

Aunque no ha dejado completamente clara su teoría sobre el móvil del supuesto asesinato, Arroyo ha dejado entrever que podría haber motivos económicos detrás. Días atrás, la magistrada reveló la existencia de una cuenta bancaria que Nisman y Lagomarsino compartían en Nueva York.

Este miércoles, el abogado de Lagomarsino , Maximiliano Rusconi presentó un escrito ante la Fiscalía que lleva la causa en el que, según adelantó el propio letrado, constan detalles que «demuestran un comportamiento cuestionable» de Nisman. El diario argentino «Página/12» reveló el contenido del documento: allí figuraría que el fallecido fiscal se apropiaba todos los meses de la mitad del sueldo de Lagomarsino, que rondaba el equivalente en pesos a cinco mil dólares, salidos del presupuesto público destinado a la investigación del atentado contra la mutual judía AMIA, en el que murieron 85 personas en 1994. Rusconi evitó desmentir esa información.

El Gobierno de Kirchner aprovechó la ocasión para fustigar a Nisman. «Estamos en manos de un montón de sinvergüenzas, incluyendo a Nisman –afirmó el jefe de Gabinete a la prensa–. Nadie en este mundo se incrimina gratuitamente y acá Lagomarsino está diciendo que de los 40 mil pesos que le daban, 20 mil se los depositaba en la cuenta a Nisman. No yendo a trabajar y utilizando ese dinero es malversación de caudales públicos, y si le daba esos 20 mil al fiscal, es figura de cohecho».

El duro ataque de la Casa Rosada a Nisman se produjo el día en que se cumplen dos meses de su fallecimiento y a pocas horas de que la Justicia rechazara apartar al fiscal general Germán Moldes, sobre quien ha recaído la polémica denuncia que Nisman hizo pocos días antes de morir acerca de que Cristina Kirchner y otros dirigentes oficialistas habrían orquestado un «plan criminal» para encubrir a los funcionarios y ex funcionarios de Irán imputados por el atentado a la AMIA.

«Se le dieron muchos fondos para que esclarezca el caso AMIA y para ver quiénes eran los responsables del atentado, y él los dedicaba para salir con minas y pagar ñoquis –insistió Aníbal Fernández–. Se mofó durante todo este tiempo de 85 víctimas y más de 300 heridos que provocó el atentado. Un sinvergüenza de los que pocas veces se ha visto en este país».

Sobre el papel de Lagomarsino, el jefe de Gabinete aseveró: «A uno le cuesta creer que este hombre iba a la casa de su amigo, perdón por llamarlo su amigo, del turro (ruin) que le robaba la mitad del sueldo a llevarle una pistola para que se cuidara. ¿Hacía transferencias bancarias y no sabía cuál era el saldo? No nos tomen por idiotas».

La postura del Gobierno de Kirchner en torno a la muerte del fiscal ha sido cambiante. Pocas horas después de su fallecimiento, voceros oficialistas descartaron la posibilidad de un homicidio. Sin embargo, un par de días después, la Presidenta argentina aseguró públicamente «no tener dudas» (aunque tampoco pruebas) de que Nisman fue asesinado. En ese punto, el Gobierno coincide con Arroyo, aunque no está claro que ambos defiendan la misma hipótesis sobre el móvil del crimen.

A dos meses del fallecimiento de Nisman, aún no hay ninguna certeza sobre las circunstancias en las que murió el fiscal que había denunciado a Cristina Kirchner.