Giorgio Napolitano dimite como presidente de la República de Italia

Napolitano se va con el agradecimiento de los italianos porque supo dirigir el país en una de las fases más difíciles de la historia republicana. «Rey Giorgio», como lo ha definido el New York Times, realizó un trabajo extenuante desde que se inició la crisis económica, en un periodo dramático para Italia, viéndose obligado a nominar tres primeros ministros sin que hubieran obtenido la aprobación de las urnas: Mario Monti, Enrico Letta y Matteo Renzi. Frente a una clase política sumamente desprestigiada, Napolitano ha mantenido hasta el último día de su presidencia, un altísimo grado de consenso popular y se ha ganado gran respeto y prestigio internacional.

El primer ministro, Matteo Renzi, le rindió el pasado martes homenaje desde el Parlamento europeo de Estrasburgo, donde pronunció el discurso de clausura de la presidencia italiana de la UE durante el pasado semestre. «Napolitano, convencido europeísta, ha representado la guía para nuestro país», manifestó Renzi, quien trazó el perfil que deberá tener el próximo presidente de la República: «Un árbitro sabio y una personalidad de gran relieve».

Desde este miércoles queda abierta la carrera para la sucesión de Giorgio Napolitano. Es el gran desafío de Matteo Renzi, porque en su condición de secretario general del Partido Democrático, mayoritario en el Parlamento, deberá llevar a buen puerto una elección que será clave para el futuro político inmediato de este país.

Desde hoy asume las funciones de jefe del Estado el presidente del Senado, Pietro Grasso, y, 15 días después de la dimisión de Napolitano, un millar de Grandes electores, con representación también de las Regiones, se reúne en el Parlamento para designar al nuevo jefe del Estado, una elección que puede durar pocas horas o un mes entero.

El candidato propuesto habrá de tener los dos tercios de los votantes en las tres primeras votaciones, que probablemente comiencen a partir del próximo 28, después será suficiente con la mayoría absoluta. La lista de posibles sucesores es muy larga: Romano Prodi, el ministro de Economía Padoan, Pier Ferdinando Casini y Walter Veltroni. Este último parece ser a día de hoy el probable candidato con más posibilidades.