La libra se desploma y crece el temor a una gran crisis institucional

El ex primer ministro laborista Gordon Brown, muy respetado por los escoceses, presenta el plan para dar mayor autonomía a Escocia

La libra se desploma y crece el temor a una gran crisis institucional afp

luis ventoso

Nervios e improvisación en Westminster y atisbos de pánico en los mercados. El sondeo del pasado domingo , que por primera vez sitúa por delante a los independentistas, con dos puntos de ventaja, ha puesto encima de la mesa que el portazo de Escocia y ... el fin de una Unión de 308 años es una posibilidad real. Echando leña al fuego, Rupert Murdoch ha revelado que las encuestas internas del SNP, el partido nacionalista escocés, son todavía más ventajosas para los separatistas: 54% para el «sí», 46% para el «no». El Reino Unido se aboca a una crisis constitucional sin precedentes, que ha puesto boca arriba el imprudente amateurismo con que Cameron y Clegg han afrontado el envite, confiados en una victoria de tacón.

Ayer un portavoz del primer ministro reconoció que «no hay planes de contingencia para la independencia de Escocia». Los mercados, que siempre olfatean antes que nadie el rastro del miedo, empiezan a pasar su factura. La libra se desplomó, con su mayor caída en 13 meses: -1,3% frente al dólar y -0,5% ante el euro. Los valores de las empresas y bancos radicados en Escocia sufrieron duros castigos. Lloyds Banking y Royal Bank of Scotland, entidades que ya han anunciado que moverán sus sedes al Sur si triunfa Salmond, se dejaron más de dos puntos en la Bolsa. La deuda del Reino Unido a diez años subió ayer dos puntos básicos. Los analistas de Deutsche Bank advierten a las claras que la ruptura fulminaría la recuperación económica que disfruta el Reino Unido. En cuanto a la Escocia independiente, arrancaría sin divisa, fuera de Europa y con una colosal deuda pública.

El aprendiz de brujo del número 10 puede conducir al país a una crisis institucional sin precedentes. Nada ha sido previsto. ¿Cuál sería el rol de la Reina en Escocia? Salmond dice que continuarían con ella, pero no está claro el modelo, tal vez un mero simbolismo a la australiana. ¿Qué pasaría con el arsenal nuclear? La mayoría de los submarinos atómicos británicos se encuentran guarnecidos en las bases de Escocia. ¿Qué ocurriría con el uso de la libra? ¿Cómo se repartiría en petróleo del mar del Norte? ¿Habría fronteras físicas?

Oferta federal

Para hacer frente a ese mar de dudas, para intentar salvar el partido en sus minutos finales, conservadores, liberales y laboristas han pactado entre bambalinas una oferta federal, con más poderes para Escocia a cambio de que siga en la Unión. Una estrategia tardía y algo chapucera, desvelada de soslayo por el ministro de Hacienda, George Osborne, el domingo a la noche en una entrevista televisada. Esa oferta comete además el error de dar la razón a Alex Salmond en su tesis de que en Escocia había un clamor por más autogobierno. El líder separatista desdeñó ayer esta solución con su habitual soniquete altanero, que tan bien le está funcionado ante un Mejor Unidos muy frío y con poca pegada en las calles: «Tras haber fallado con lo de asustar a los escoceses, lógicamente el próximo paso era intentar sobornarnos», despejó Salmond.

Como paladín para defender la nueva propuesta de más autonomía, los partidos de Westminster han elegido al ex primer ministro laborista Gordon Brown. Aunque es un personaje que se despeñó en la urnas cuando fue cabeza de cartel, Brown ofrece tres ventajas: es escocés, sabe de economía y es laborista, y en Escocia domina de largo la izquierda. Brown, y no Cameron, que sería lo lógico, fue quien presentó ayer la oferta, en un club de mineros próximo a Edimburgo. Prometió que los trabajos comenzarían al día siguiente de la votación y que a finales de enero estaría operativa la nueva ley que otorgaría a Escocia el pleno control de sus impuestos, sus fianzas y todos sus servicios de asistencia social, el Estado del bienestar. «La alternativa a la separación es ahora más poder para Escocia », clama Brown, que está semana hará un sprint de mítines a favor de la Unión, donde tendrá que lidiar con las prácticas de acoso del nacionalismo que ya obligaron a otro paladín laborista del «no» a suspender momentáneamente su campaña escocesa. Quedan solo nueve días para salvar la Unión.

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