Los países del Este bloquean el reparto de los altos cargos en la Unión

Después de más de cuatro horas de discusiones, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, anunció que «no estamos en el punto de llegar a un acuerdo sobre el paquete» de puestos de responsabilidad, por lo que se convoca una reunión extraordinaria para el próximo 30 de agosto. Las fechas son un tanto ajustadas para el calendario de las audiciones parlamentarias, pero el propio Van Rompuy dijo que está «seguro de que entonces sí llegaremos a un acuedo».

Para cuadrar los equilibrios, en la cumbre los líderes no lograron anoche contentar a los gobiernos orientales para representar sus sensibilidades en Ucrania. A pesar de que el primer paso fue aprobar una declaración que demuestra hasta qué punto este conflicto está condicionando la política interior europea. Según este nuevo acuerdo, las sanciones económicas y restricciones de viaje en territorio europeo se pueden aplicar a cualquier ciudadano ruso del que se demuestre que se beneficia o que instrumentaliza las agresiones a Ucrania, incluyendo no solo a indiviuos, sino a entidades, lo que incluye a las principales compañías energéticas También se pide al Banco Europeo de Inversiones y al Banco Europeo de Reconstrucción que anulen las operaciones financieras de coopderación con Rusia. En este campo, también Estados Unidos decidió ayer ampliar las sanciones a los sectores de la energía y de la industria de defensa, según anunció el propio presidente, Barck Obama.

En la reunión han aparecido pocas opciones que podrían contentar a los vecinos orientales para aceptar a Mogherini, a la que la lituana Dalia Grybauskaita descalificó a su llegada a Bruselas porque le atribuye simpatías hacia los intereses de Italia en Rusia. De hecho, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, entró en la reunión con la idea fija de que su ministra de Exteriores se encargue de la representación de la política exterior de la Unión, y salió muy enfadado diciendo que «no vale la pena que nos hagan gastar dinero para venir a Bruselas si no hay un acuerdo». A Renzi, reforzado por su éxito en las elecciones europeas, le apoyan los gobiernos de orientación socialista, que en esta legislatura son mucho más numerosos que en la anterior e incluyen además de a Italia, a Francia (y están también en el Gobierno en coalición en Alemania). Por ello se han atrevido a pedir abiertamente que se les confíe no solo el puesto de Alto Representante, sino el de la presidencia del Consejo, teniendo en cuenta que dan entonces por hecho que el de presidente del Eurogrupo será también para un popular, aunque se trate de un puesto en el que no están todos los países.

Esta configuración beneficia las aspiraciones de Luis de Guindos para dirigir la zona euro, e incluso establece una tendencia a la institucionalización de este puesto, aunque probablemente no en el corto plazo.

En el mes de agosto, hasta la celebración de la nueva reunión, Jean-Claude Juncker deberá empezar a trabajar en la composición de la nueva Comisión que va a presidir, aunque no puede cerrar la distribución de atribuciones en su equipo hasta que no sepa quién va a ser el (o la) vicepresidente y Alta Representante, que es el único cargo que no depende enteramente de su consideración. Eso significa también que los candidatos que ya están expuestos pueden abrasarse durante el verano