Sarkozy se refugia en Carla Bruni y en su familia

Cuando Sarkozy regresó a su hogar, poco antes de las tres de la madrugada del miércoles, allí estaba Carla, en pie, acompañada de Pierre y Jean, los hijos de Sarkozy y Marie-Dominique Culioli, su primera esposa, y Louis, el hijo de Sarkozy y Cecilia Ciganer Albéniz. La pequeña Giulia, la hija de Sarkozy y Carla Bruni, dormía desde hacía varias horas. Sus padres fueron a darle un beso nocturno.

Tras los abrazos, la respuesta común. Los Sarkozy no son gente que se dejan intimidar por nada. Los Bruni Tedeschi, tampoco. Carla Bruni ya consagró una canción muy ácida a algunos periodistas franceses. De vuelta en los escenarios, la esposa de Sarkozy retoma con frecuencia esa canción, muy aplaudida por los simpatizantes del ex presidente. Marisa Borini, la suegra, también durmió en el domicilio de su hija. Y fue la primera en reaccionar. En unas declaraciones al diario italiano «La Stampa» , la suegra de Sarkozy grita lo que piensa del proceso judicial anunciado: «Se trata de un verdadero escándalo, un montaje teatral. El momento escogido y las acusaciones dejan al descubierto la venganza política. Todos estamos dispuestos a poner la mano en el fuego, convencidos de la rectitud moral de Nicolas. Su familia y sus íntimos estamos escandalizados».

Tras la emoción, Nicolas Sarkozy y Carla Bruni parecen dispuestos a afrontar, juntos, una prueba pública, judicial y política grave y dura. Carla ha retomado su carrera artística personal. Pero las acusaciones lanzadas contra Sarkozy la reinstalan en primera línea de una guerra política sin cuartel. La cantante y modelo está condenada a seguir y sufrir las tribulaciones judiciales de su esposo, que tiene en Carla su aliada más sólida.