El matrimonio con niñas se ha duplicado en Marruecos desde que está prohibido
Los jueces aceptan todas las excepciones solicitadas por los padres, en un país que considera que las menores pueden casarse (o ser casadas) desde la pubertad
francisco de andrés
Uno de cada diez matrimonios que se celebran en Marruecos tiene por novia a una adolescente. El Gobierno marroquí acaba de confirmar que, desde la entrada en vigor en 2004 del Código de Familia, que prohíbe el matrimonio de menores de 18 años, las bodas ... de niñas se han disparado. No hay en ese anuncio ninguna sensación de inquietud; solo se constata un hecho. En el año 2004, antes de la prohibición del matrimonio de niñas, el fenómeno afectó a 18.341 menores; el año pasado, según acaba de declarar el ministro de Justicia, Mustafá Ramid, el número registrado fue de 35.000: casi el doble.
Según la ministra de la Familia marroquí, Bassima Hakkaoui, el matrimonio con niñas supone el 10 por ciento del total de bodas registradas en el reino. El Código de Familia aprobado en 2004 prohíbe el matrimonio de menores de 18 años, pero ofrece a los jueces la posibilidad de derogar la norma, sin límite de edad.
«La excepción se ha convertido en la regla», denuncia a ABC Aatisa Timjerdine, presidenta de la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos, con sede en Rabat.
Prácticamente todos los casos de boda planteados a los magistrados son aceptados. El juez concede el matrimonio de adolescentes menores de 18 años si los padres lo solicitan alegando cualquier género de razones, «por lo general las socioeconómicas porque las niñas suelen proceder de familias pobres», dice Timjerdine. En alguna de sus declaraciones, los magistrados marroquíes han justificado su «manga ancha» en la necesidad de dar una solución a niñas con fracaso escolar, cuando las asociaciones de derechos humanos alegan todo lo contrario. Con el matrimonio temprano, las niñas son alejadas de la escuela y de la posibilidad de tener una carrera y una profesión, para ser entregadas como esposas (y muchas veces sirvientas) a otras familias.
Es un «fenómeno cultural» -objeta Aatisa Timjerdine- aparentemente insoluble para el régimen marroquí. Pero también es un problema de cultura religiosa. El islam considera que la mujer está en condiciones de casarse desde el comienzo de la pubertad .
El matrimonio con niñas se ha duplicado en Marruecos desde que está prohibido
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