Al Sisi asegura que no habrá reconciliación con los Hermanos Musulmanes

«Quiero deciros que no fui yo quien acabó con los Hermanos Musulmanes. Ustedes, los egipcios, son los que acabaron con ellos», dijo anoche Abdelfatah El Sisi a las preguntas de los entrevistadores, y a modo de justificación del golpe de Estado . Según el exmariscal, jamás hubo un plan para acaparar la presidencia después de expulsar del poder al primer jefe de Estado elegido de forma democrática de Egipto, el islamista Mohamed Mursi, sino que tomó la decisión de convertirse en candidato el pasado febrero , después de que miles de personas le mostraran su apoyo en la plaza Tahrir, fuera animado por su mujer y se asegurara el respaldo del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que no su beneplácito, especificó el antiguo militar. «El comandante supremo en Egipto no pide autorización a nadie» , dijo arrogante.

Con el país atenazado por el terrorismo y amenazas «desde dentro y fuera del país», la presidencia, según el mariscal, se convirtió en un deber. «Cualquier patriota responsable tiene un deber hacia su país y su futuro». Su único rival los próximos 26 y 27 de mayo será el izquierdista Hamdin Sabahi , que quedó tercero en los comicios que encumbraron a Mursi, pero que en estas elecciones cuentas con escasas probabilidades de victoria.

El Sisi reveló anoche que ha sufrido dos intentos de asesinato en los últimos meses, y acusó a los Hermanos Musulmanes de alentar la insurgencia yihadista que ha atacado desde el pasado verano a objetivos policiales y militares en venganza por su intervención en el golpe que acabó con Mursi. El exmariscal aseguró que se reunió con el número dos de la cofradía, Jairat el Shater, una semana antes de las grandes manifestaciones del 30 de junio que finalmente motivaron la intervención del ejército.

«Durante 45 minutos me dijo que vendrían combatientes de Siria, Libia y Afganistán. Le dije que a quien levante su arma contra el ejército lo borraré de la faz de la tierra », señaló. La hermandad, cuyos líderes se encuentran encarcelados, ha sido duramente reprimida por las nuevas autoridades egipcias e incluso declarada grupo terrorista . El gobierno y la prensa oficialista le atribuyen todos los atentados que han tenido lugar desde el verano, a pesar de que la mayoría de ellos han sido reivindicados por grupos yihadistas como Ansar Beit el Maqdis.

Los entrevistadores, dos experimentados periodistas que se volcaron con el golpe de Estado, no le preguntaron, al menos en esta primera parte de la conversación, por la mayor masacre que ha vivido Egipto en los últimos tiempos, la matanza de islamistas de las plazas de Rabaa el Adauiya y El Nahda el agosto pasado, en la que murieron cientos de personas por disparos de las fuerzas de seguridad.

Con un tono que rozaba el paternalismo, El Sisi, que no va a participar en mítines ni viajará por el país para hacer campaña –eso se lo deja a sus asesores y portavoces- apenas dio unas pequeñas pinceladas muy generales sobre su programa electoral: seguridad, estabilidad, desarrollo y trabajo duro. Defendió la muy criticada ley antiprotestas, ya que las manifestaciones «irresponsables», según el candidato, suponen una amenaza para el país y aseguró, por activa y por pasiva, que no es el candidato del ejército, una afirmación que probablemente suena poco convincente incluso para sus seguidores.

Pero El Sisi no tenía sólo en mente a sus incondicionales. Salpicado de citas del Corán , su discurso tuvo un tono muy religioso a lo largo de la entrevista -que había sido grabada con anterioridad -, probablemente para apelar a ese numerosísimo voto piadoso que en el pasado apoyó a la cofradía y que quiere asegurarse que la presidencia no va a perder la pátina islámica que ha tenido desde los tiempos de Anuar el Sadat.

Tras la celebración de elecciones presidenciales, Egipto, que lleva dos años sin Parlamento , deberá convocar legislativas. Hoy, un tribunal de Asuntos Urgentes ha prohibido a los dirigentes del antiguo partido del expresidente Hosni Mubarak , derrocado en a revolución de 2011, concurrir como candidatos a los comicios.