Erdogan se afianza en el poder tras su victoria en las municipales turcas
La oposición, decepcionada por no haberle podido arrebatar al AKP la alcaldía de Ankara o Estambul, denuncia irregularidades
DANIEL IRIARTE
«Os dije que si no quedaba el primero, dejaría la política», exclamaba anoche el primer ministro Recep Tayyip Erdogan desde el balcón en el que los miembros del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) celebraban su victoria electoral. Los resultados obtenidos, en torno al 45 % ... del total de los votos en toda Turquía, no han sido demasiado sorprendentes. Más decepcionante para la oposición ha sido el no haber obtenido la alcaldía de ninguna de las dos ciudades más importantes, Estambul y Ankara, e incluso haber perdido algunos distritos en dichas localidades.
La primera consecuencia de esta victoria, pues, podría ser la continuidad de Erdogan al frente del partido. El primer ministro ha dejado ya entrever que «si sus seguidores se lo piden» podría modificar los estatutos del AKP, que prohiben que una persona ocupe el mismo cargo público durante más de tres mandatos, para presentarse a una nueva reelección en las parlamentarias de 2015.
La noche electoral fue extraña: se produjeron apagones durante el recuento de votos en decenas de provincias, algo inédito, y la oposición secularista del Partido Republicano Popular (CHP) sostuvo durante horas que, según su recuento, mantenían una ventaja considerable respecto a los candidatos del AKP en las principales ciudades del país. En Sanliurfa, centenares de personas acusaron a las autoridades de orquestar deliberadamente el apagón para cometer fraude, y una multitud enfurecida rodeó un centro electoral, que tuvo que ser protegido por los antidisturbios. Y en el conflictivo barrio de Sultangazi, en Estambul, grupos de exaltados incendiaron varios edificios.
El diario «Today’s Zaman» publicó anoche que la Policía había detenido al conductor de un vehículo en cuyo interior se encontraron urnas llenas con papeletas del AKP. También se expandieron rumores de que los miembros del partido gobernante en las mesas electorales estaban forzando a los votantes a utilizar bolígrafos específicos con una tinta especial, que posteriormente podría borrarse y ser atribuidos al AKP.
La nueva regulación, favorable al AKP
Sin duda, en varias regiones influyó la nueva regulación electoral introducida por el AKP el año pasado, que amplió la circunscripción de las llamadas «alcaldías amplias» hasta los límites de la provincia, de forma que los habitantes de las pequeñas localidades también votaron para elegir al alcalde de cada capital provincial. Este fue el caso, por ejemplo, de Ankara: los gráficos muestran que, mientras en la propia ciudad el CHP habría conseguido una cómoda mayoría, al añadir el resto de la provincia, donde se encuentran áreas ultraconservadoras como el distrito de Sincan, es el AKP quien obtiene la victoria.
En ciudades como Estambul, el AKP también dispuso, ilegalmente según la oposición, de los recursos estatales para la campaña electoral: por ejemplo, el transporte público se puso de forma gratuita a disposición de los asistentes a los mítines del partido gobernante, y se utilizaron espacios municipales para colocar propaganda electoral del AKP, lo que contraviene la legislación.
En cualquier caso, dada la diferencia en el número de votos, es improbable que la oposición vaya a profundizar en las acusaciones de fraude. Pero las acusaciones de manipulación, en boca de miles de votantes, no van a contribuir a calmar un país profundamente dividido, en el que Erdogan ha comprendido que la estrategia de polarización favorece al que ostenta la mayoría, en este caso él.
Se espera, además, que el gobierno amplíe la ‘caza de brujas’ en marcha en el seno del aparato estatal contra losseguidores del teólogo Fethullah Gülen, que mantiene con Erdogan una encarnizada lucha por el poder, y a quien el ejecutivo culpa de las recientes filtraciones en internet de grabaciones comprometedoras para el entorno del primer ministro. En los meses anteriores, miles de presuntos «gülenistas» han sido purgados de la policía, la judicatura y diversos ministerios, pero se espera que este número se multiplique exponencialmente a partir de ahora. Si de verdad es el responsable de las filtraciones, Gülen podría contraatacar con más revelaciones explosivas, pero su efecto, de momento, sería limitado: estas elecciones ya las ha ganado Erdogan.
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