Kosovo, ¿un modelo real para Crimea?

Desde el primer momento, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha insistido ante todo el mundo, incluyendo a su homólogo estadounidense, Barack Obama, en que el referéndum por el que Crimea ha decidido incorporarse a Rusia es «totalmente legítimo». Así, el pasado 17 de marzo, Putin recordó a través de una conversación telefónica a Obama el precedente de Kosovo, cuyo Parlamento proclamó su independencia unilateral de Serbia en febrero de 2008, según informó el Kremlin en un comunicado. A partir de ahí, ambos líderes se han enzarzado en cruces de declaraciones en las que los dos han usado este caso como epicentro de sus justificaciones.

«Llama la atención que el presidente de EE.UU., Barack Obama, para justificar la declaración de independencia de la región de Kosovo y Metohija (Serbia) esquivando la resolución 1.244 de la ONU, hiciera alusión a un supuesto referéndum en su intervención en Bruselas el pasado 26 de marzo», rezaba la cancillería rusa a través de un comunicado en el que se agrega que dicha declaración «causa perplejidad» ya que «no se llegó a celebrar ningún plebiscito». «La decisión de separarse de Serbia fue adoptada por el llamado Parlamento de Pristina en 2008», sentencia.

En la intervención a la que alude Rusia, Obama rechazó cualquier similitud entre la situación en la exprovincia serbia de Kosovo y su autoproclamación de independencia en 2008 y la incorporación de Crimea a la Federación Rusa, después de un referéndum considerado «ilegal por la comunidad internacional».

En el caso de Kosovo, independiente desde el 17 de febrero de 2008, tanto Estados Unidos como la mayoría de países de la Unión Europea -entre ellos, Alemania, Francia o Reino Unido- han reconocido su secesión de Kosovo. No es el caso de Rusia, que la considera ilegal ya que opina que esa idenpendencia infringía la «integridad territorial» de Serbia. De ahí que Moscú acuse de «hipocresía» a Occidente por no apoyar el proceso de Crimea pese a que sí lo hizo con Kosovo

«Si Kosovo es un caso especial, entonces Crimea también lo es» La canciller alemana, Angela Merkel, no ha dudado a la hora de rechazar que ambos casos se pudieran comparar: «Al caso de Kosovo le precedió un largo proceso internacional en el que se analizaron una y otra vez las más diferentes opciones de negociación». Esa es, precisamente, la disparidad a la que también hace referencia Estados Unidos, que insiste en que Kosovo fue administrado por Naciones Unidas desde 1999 hasta que finalmente fue independiente en 2008.

«Kosovo fue un proceso manejado internacionalmente y fue sancionado por la ONU a través de la resolución 1244 que requería una consulta con el pueblo kosovar sobre su estatus político», apunta David Phillips, autor de «Liberando a Kosovo: Diplomacia Coercitiva e Intervención de EE.UU.»

Por otro lado, si bien es cierto que en ambos casos se produjo una intervención militar extranjera sin autorización de la ONU, en el caso de Kosovo se hizo por razones humanitarias y no se llevó a cabo bajo un mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debido a que Rusia lo habría impedido a través de su capacidad de veto.

«No se debe comparar a Crimea y Ucrania con Kosovo y Serbia. Serbia amenazaba a los kosovares, mientras que Ucrania no amenaza a nadie», expuso en la cadena CNN el exembajador de EE.UU. en Moscú, Michael McFaul.

Con todo, desde Rusia las posturas siguen claras: «Si Kosovo es un caso especial, entonces Crimea también es un caso especial. Igualmente especial».