Obama promete al primer ministro Yatseniuk que no dejará sola a Ucrania
El presidente de Estados Unidos recibe al «premier» ucraniano entre críticas a su falta de liderazgo
emili j. blasco
Barack Obama trasladó ayer al primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk , a quien recibió en la Casa Blanca, el compromiso de Estados Unidos de no dejar sola a Ucrania en la crisis que enfrenta a ese país con Rusia por el control de ... la península de Crimea . Obama le aseguró que EE.UU. y el resto del mundo se verán «forzados a hacer pagar a Rusia por la violación del derecho internacional».
El presidente estadounidense no especificó la batería de sanciones que impulsaría para castigar a Rusia. Aunque aseguró que «confiaba» en que un régimen de sanciones tuviera «firme apoyo» por la comunidad internacional, muchos observadores dudan tanto de que haya un frente común como de su misma eficacia.
Obama rechazó «completamente» el referéndum convocado en Crimea. «No es algo que se pueda hacer con el cañón de una pistola apuntándote», dijo, y felicitó el «coraje» de los ciudadanos de Ucrania por defender los principios democráticos.
La visita del primer ministro ucraniano se producía cuando en Washington siguen las críticas a Obama por la falta de liderazgo en el mundo que Estados Unidos ha demostrado a raíz de esta crisis.
La peor nota
Una encuesta publicada ayer mismo por «The Wall Street Journal» y la cadena NBC, le otorgaba solo un 41% de aprobación, la peor nota de toda su presidencia. El castigo se debe sobre todo a cuestiones domésticas, pero también ha influido la rápida acción de Rusia sobre Crimea, a la que Estados Unidos ha asistido sin mostrar gran músculo, según la opinión mostrada por las encuestas.
Aunque en EE.UU. no existe una psicosis como la que había en la Guerra Fría sobre el peligro rojo, se ha disparado el número de estadounidenses que ven a Rusia como adversario. Hace diez años, ese título se lo daba solo el 25% de la población; hoy lo hace el 72%.
Cuando ya la mayoría de actores políticos da por hecho que Vladimir Putin se queda el botín de Crimea –«no creo que se escape de las manos de Rusia», dijo el domingo en Washington el exsecretario de Defensa Robert Gates–, la Casa Blanca sigue sin concretar un paquete de sanciones económicas contra Moscú. De momento, Obama solo ha anunciado que habrá restricciones de visados y congelación de bienes en EE.UU. a los implicados directamente en la operación de tomar Crimea.
Según desvelaba ayer «The New York Times», el secretario del Tesoro, Jack Lew, y otros representantes económicos están presionando a Obama para que no vaya lejos en sanciones a Rusia. Aducen que, además de que eso acabaría por dañar intereses de varios socios europeos, dejaría a las compañías de EE.UU. fuera de un mercado en el que seguirían otros competidores.
El Congreso, más belicoso
Más vigoroso en su respuesta está siendo el Congreso estadounidense, donde tanto republicanos como demócratas están promoviendo una batería de castigos contra Moscú. Está por ver, de todos modos, a dónde llegan esas iniciativas.
Desde que comenzó la crisis ha habido numerosas críticas al «buenismo» que ha inspirado la política internacional de Obama, que ha llevado a un retraimiento del papel de EE.UU. en el exterior, para beneficio de estrategias agresivas como la de Putin. La mayor voz de alarma fue un editorial de «The Washington Post», diario no alineado con los republicanos, que hace una semana denunciaba que Obama «ha llevado a cabo una política exterior más basada en cómo piensa que el mundo debe operar que en la realidad».
Ese editorial advertía de que el presidente de EE.UU. debe contribuir a que quede claro en la política internacional cuáles son los costes que tienen tales actuaciones, antes de que el dirigente de un país se lance a ellas.
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