ASIA
China y Taiwán quieren abrir «embajadas» para paliar su falta de lazos diplomáticos
Los estudiantes taiwaneses en China tendrán cobertura sanitaria
PABLO M. DÍEZ
En su primer encuentro oficial en más de seis décadas, los gobiernos de China y Taiwán discuten durante estos días abrir oficinas de representación para paliar su falta de lazos diplomáticos, ya que ambos países no se reconocen y están separados desde ... el final de la guerra civil en 1949. Aunque dichas oficinas de representación no podrían denominarse embajadas, en la práctica actuarían de forma similar a una legación diplomática, sobre todo en la atención a sus respectivos nacionales.
«El propósito de abrir oficinas mutuas es estrictamente servir a la gente a ambos lados del Estrecho (de Formosa)», explicó ayer, según informa la agencia AFP , el ministro de Asuntos Continentales de Taiwán, Wang Yu-chi , en un encuentro con estudiantes en Nankín (Nanjing) . Para no herir sensibilidades en el autoritario régimen de Pekín , que reclama la soberanía sobre Taiwán, Wang insistió en que dichas oficinas de representación «deberían ser de naturaleza neutral», pero admitió que «abrirlas es un poco sensible políticamente».
En su viaje de cuatro días al continente, que también incluye una visita a Shanghái , el representante taiwanés se ha entrevistado con el viceministro de Exteriores chino, Zhang Zhijun , con quien se ha comprometido a seguir estrechando los lazos económicos entre ambas partes y garantizar la sanidad a los alumnos que estén estudiando a cada lado del Estrecho de Formosa . Con independencia de los acuerdos alcanzados, se trata de un encuentro histórico porque hasta ahora todos los contactos entre ambas partes se efectuaban a través de organizaciones semioficiales o de sus respectivos partidos en el poder, el Comunista y el Kuomintang .
Templando los ánimos, un editorial del periódico oficioso «China Daily» aseguraba que «el encuentro pasará a la Historia no por lo que Wang y Zhang discutieron, sino por el hecho de que se reunieron». Aclarando que «es ingenuo depositar demasiadas esperanzas en una sola reunión», el diario controlado por el régimen de Pekín advertía de que «exigirá enormes esfuerzos por ambas partes construir una mutua confianza política».
Separadas por la política, unidas por la economía
China y Taiwán viven separadas desde que, en 1949, el Generalísimo Chiang Kai-shek , que presidía el gobierno nacionalista del Kuomintang, se retirara a la isla tras perder la guerra civil contra la guerrilla comunista liderada por Mao Zedong . Tras décadas de hostilidades exacerbadas por la división que trajo la «Guerra Fría» , la economía ha acercado a ambas partes desde que China se abrió al capitalismo hace más de tres décadas.
Desde que el presidente Ma Ying-jeou tomó el poder en Taiwán en 2008, el comercio a ambos lados del Estrecho de Formosa se ha doblado hasta los 197.200 millones de dólares (144.213 millones de euros). Además de disfrutar de un superávit comercial de 116.000 millones de dólares (84.831 millones de euros), numerosas empresas taiwanesas se han instalado en el continente. Entre ellas figura el gigante tecnológico Foxconn, que fabrica para las mayores marcas del mundo, como Apple, Sony, Dell, Hewlett-Packard, IBM, Motorola y Toshiba.
Con su consiguiente inyección de divisas, 2,85 millones de turistas chinos visitaron Taiwán el año pasado, lo que supuso un aumento del 10 por ciento con respecto a 2012. A este récord han contribuido los vuelos directos que unen China y Taiwán desde finales de 2008 y la apertura de sus comunicaciones y transportes por mar y vía postal.
En 2010, la firma de un Acuerdo Marco de Cooperación Económica sentó las bases para estrechar sus relaciones comerciales, que se han venido intensificando a través de los contactos entre la Fundación para Intercambios en el Estrecho, por parte taiwanesa, y la Asociación para Relaciones en el Estrecho , de lado chino.
Taiwán, sin reconocimiento internacional
Aunque China sigue considerando a Taiwán una «provincia rebelde» y clama por su soberanía, incluso por la fuerza si fuera necesario, sus atractivas oportunidades de negocio están acabando con los recelos que había en la isla sobre los viejos enemigos del pasado. Aun así, buena parte de los taiwaneses, sobre todo los que votan al independentista Partido Democrático Progresista del encarcelado expresidente Chen Shui-bian , temen perder la democracia de la que gozan en la isla a manos del autoritario régimen de Pekín.
Expulsada de la ONU en 1971, cuando la República Popular China ocupó el asiento que venía ocupando, Taiwán también persigue lograr el beneplácito de Pekín para incrementar su escasa presencia en organismos internacionales, vetada desde el continente. En la actualidad, solo una veintena de países reconoce a Taiwán como Estado después de que la mayoría haya cambiado sus lazos diplomáticos por China debido a su auge como superpotencia.
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