El Ejército de Sudán del Sur recaptura uno de los mayores enclaves en manos rebeldes
Desde Bentiu se controlan los yacimientos petrolíferos del Estado de Unity
El Ejército de Sudán del Sur recaptura uno de los mayores enclaves en manos rebeldes
Tropas leales al presidente de Sudán del Sur , Salva Kiir, han recuperado en las últimas horas el enclave estratégico de Bentiu, una de las dos ciudades que continuaban en manos de los rebeldes. «Cuando controlas Bentiu, controlas todos los yacimientos petrolíferos ... del Estado de Unity», reconoce Philip Aguer, portavoz marcial.
Precisamente, en los últimos días, la producción de crudo (hasta su independencia en 2011, cerca del 98% del presupuesto nacional se obtenía de esta forma) había caído un 20% tras el los combates en Bentiu .
En vista del panorama, a comienzos de semana, el presidente de Sudan, Omar al Bashir (sobre el que pesa una orden de detención por parte del Tribunal Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad), llegaba a Sudán del Sur para poner fin a la crisis que atraviesa el país africano desde mediados de diciembre.
«Debe haber paz y seguridad en Sudán del Sur» , aseguró el mandatario a su llegada a la capital sursudanesa, Juba. «Venimos a traer la paz a nuestros hermanos y hermanas. Nuestra relación es muy importante», añadió.
Desde el pasado 15 de diciembre, los enfrentamientos entre simpatizantes del presidente sursudanés, Salva Kiir (de etnia dinka), y el depuesto vicepresidente Riek Machar (nuer), amenazan con reabrir las heridas tribales en la nación más joven del mundo.
El conflicto tiene su origen en las acusaciones de Kiir sobre su histórico rival político Machar (a quien despidió en julio), de planear la toma del poder por la fuerza, lo que ha generado un conflicto inter-étnico en ciertas regiones del país.
No obstante, las fuerzas del poder, la corrupción y el dinero parecen ser más capitales que la etnia . Por ello, la recaptura de la ciudad de Bentiu supone un serio golpe de mano sobre los rebeldes.
Un Estado en constante debate
Curiosamente, la escalada militar en los últimos tiempos entre Sudán y Sudán del Sur había recaído, en gran medida, por la confusión internacional que recae sobre las fronteras reales del Estado de Unity y, en especial, por la región limítrofe de Heglig (conocido por los sureños como Panthou).
La razón es simple: Desde la última demarcación oficial de sus fronteras, en 1956, Sudán (del norte) se ha negado siempre a negociar este territorio con el sur, ya sea dentro de un tribunal de arbitraje de Naciones Unidas o a través de contactos de alto nivel político.
Aunque no es la única zona en conflicto.
En virtud de los acuerdo de paz de 2005, la región vecina de Abyei cuenta con un estatus administrativo especial, regido por un gobierno compuesto por fuerzas del sureño Ejército de Liberación Popular de Sudán, así como por oficiales pertenecientes al Partido del Congreso Nacional, liderado por el presidente del país, Omar Al Bashir.
Sin embargo, ahora el enemigo parece común: los rebeldes de Machar. Luego ya habrá tiempo de estudiar cartografía en el Estado de Unity.
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