La CIA ayudó al Ejército colombiano a eliminar a cabecillas de las FARC

El Plan Colombia pretendió ser «un plan que fuera represivo con la producción y el tráfico de drogas , pero que también fortaleciera a las Fuerzas Armadas y las instituciones democráticas, y aumentara la inversión social». Con una inversión inicial de 1.300 millones de dólares, el primer objetivo fue el de reducir los cultivos de coca en Colombia en un 50% en cinco años. Ahora, gracias a la investigación del «Post», se supo que la ayuda secreta para combatir a las FARC contó con un presupuesto multimillonario aparte de los 9.000 millones de dólares de la ayuda militar estadounidense a ese plan.

En su extenso artículo de dos páginas y media, el diario cuenta que entrevistó a más de treinta funcionarios estadounidenses y colombianos, tanto de la actual como de anteriores administraciones. La mayoría de las fuentes hicieron sus declaraciones bajo la condición de que se les respetara el anonimato. Lo que revelaron no fue poca cosa. Lo primero: que el entonces presidente George W. Bush autorizó el plan contra las FARC en 2000. Luego el programa siguió bajo el visto bueno de su sucesor, Barack Obama .

Las FARC ha sido «el grupo insurgente mejor financiado del mundo»¿Por qué lo hicieron? Porque, según el «Post», las FARC, surgidas hace 50 años, ha sido «el grupo insurgente mejor financiado del mundo». El programa de lucha contra los rebeldes no sólo pretendió combatir a los líderes de las FARC, que sigue siendo la primera guerrilla del país con poco más de 8.000 hombres —frente a los 16.000 de hace más de una década—, sino que también quería combatir al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país. Lo que se buscaba era «un seguimiento en tiempo real» de los dirigentes guerrilleros. Sin embargo, «a partir del año 2006, se convirtió en una herramienta particularmente eficaz para matarlos», explica el «Post».

Pero lo que definitivamente ni se sospechaba es que, para cumplir con su objetivo, se usaron bombas inteligentes guiadas por un sistema de geolocalización GPS , «capaces de matar a una persona en la selva» tras determinar su localización exacta. Dichas bombas —cuyo coste por unidad es de unos 30.000 dólares— fueron las que acabaron con la vida de estratégicos jefes guerrilleros como «Negro Acacio» , encargado de buena parte del negocio de la coca en el sur del país; «Martín Caballero» y «Raúl Reyes» , el «canciller» de las FARC. A Reyes, por ejemplo, estas bombas lo mataron en territorio ecuatoriano, lo que implicó la ruptura de relaciones con el vecino país durante el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).

Golpe a Al Qaida

¿Cómo se llegó a un acuerdo tan puntual entre ambos gobiernos? De acuerdo con «The Washington Post», fue decisivo el hecho de que Uribe recordara a Bush el éxito del operativo que acabó con la muerte de Abu Musab al-Zarqaui , líder de Al Qaida en Irak, a consecuencia de una bomba teledirigida de unos 225 kilos de peso. Ese resultado hizo que Colombia accediera a tan importante intervención en su política contra las FARC. Los resultados saltan a la vista: hoy esta guerrilla no está derrotada, pero solo retiene a la mitad de sus hombres en buena parte porque perdieron a sus líderes.

El «Post» concluye que este programa secreto en Colombia ha sido una de las mayores acciones de la inteligencia encubierta desarrollados por EE.UU. desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. No en vano no sólo estuvo involucrada la CIA. También intervino la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), hoy en el ojo del huracán pues fue la encargada de espiar no sólo a miles de ciudadanos comunes, sino a estratégicos líderes como la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff , y la canciller alemana, Angela Merkel .