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entrevista

«Envié un mensaje al presidente: "Mandela parece que va a morir esta noche"»

El portavoz de la Presidencia de Sudáfrica, Mac Maharaj, relata en exclusiva para ABC los momentos previos a la muerte de Madiba, su compañero de prisión durante doce años en Robben Island

«Envié un mensaje al presidente: "Mandela parece que va a morir esta noche"» jaime velázquez

jaime velázquez

Mac Maharaj fue un luchador por la libertad. Curtido en el departamento clandestino de comunicación del Congreso Nacional Africano (CNA) y prisionero durante doce años en la cárcel de Robben Island. Hoy es el portavoz del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma . En sus años de prisión conoció personalmente a Nelson Mandela , y el pasado jueves 5 de diciembre, le tocó gestionar junto al presidente el anuncio de la muerte de su amigo de lucha.

El hombre que logró sacar oculto en las tapas de un archivador el manuscrito de la autobiografía de Mandela, ‘Un largo camino hacia la libertad’, nos recibe en su despacho en Union Buildings, la sede del Gobierno de Pretoria donde se ha instalado la capilla ardiente del expresidente sudafricano.

Pide quitarse la chaqueta, pero tras siete horas de reuniones, no parece cansado. Más largas fueron las jornadas en las que junto a Nelson Mandela y Cyril Ramaphosa negociaba el fin del apartheid. Durante más de un año, Mac Maharaj ha sido el encargado de informar a Sudáfrica y al mundo sobre la salud del premio Nobel de la Paz . Hasta el desenlace final.

“Cuando el presidente me pidió que fuera su portavoz, sabía que este momento llegaría, y tuve que dejar a un lado todos mis sentimientos, para poder hacer mi trabajo como portavoz”, explica Maharaj.

“Pero yo creo que de alguna manera, Madiba nos preparó a todos. Si hubiera muerto el año pasado en diciembre, cuando fue ingresado en el hospital, la gente se habría arrancado el pelo, gritando y llorando. Pero entró y salió del hospital, y poco a poco nos hizo entender que era mortal".

El portavoz del presidente recuerda esas últimas horas, en que finalmente tuvo que anunciar la muerte del que fue su amigo durante décadas. Primero en la cárcel de Robben Island , y después, como parte del comité negociador que abrió el camino a la democracia multirracial sudafricana.

“El jueves por la noche, cuando recibí la noticia (de que algo pasaba en la casa de Mandela), ya me estaban llamando, porque los periodistas habían visto coches entrando y saliendo de su residencia. Yo estaba en contacto con los médicos para que me dieran las últimas noticias de la situación, y mientras informando al presidente, que estaba reunido”.

“Y tuve que preguntarme, ¿Será hoy? Y envié un mensaje al presidente: ‘Parece que va a morir esta noche’. Era tiempo de prepararse, y desde ese momento, no hubo descanso para mí. Puse todos mis sentimientos a parte. Sobre como me siento, preguntadme después”.

Sudáfrica en el centro del mundo

Mac Maharaj preparó minutos más tarde junto al presidente el mensaje que Zuma leyó a la nación en las televisiones y radios públicas sudafricanas. “Mis compatriotas sudafricanos. Nuestro amado Nelson Rolihlala Mandela, el presidente fundador de nuestra nación democrática, ha partido”.

Desde aquel instante, Sudáfrica se convirtió en el centro del mundo. Cientos de sudafricanos acudieron a la residencia de Mandela en Houghton (Johannesburgo), y los mensajes de condolencias comenzaron a llegar desde todas las partes del mundo.

Pese a que muchos esperaban una respuesta más ferviente de la población, especialmente en el funeral de Estado que se realizó el martes pasado en el estadio Soccer City de Soweto, Mac Maharaj considera que los sudafricanos honraron como se merece a Nelson Mandela.

“Los sudafricanos reaccionaron extremadamente bien. Mostramos nuestra unidad como nación. Desde el primer momento fueron a su casa, y después la conmemoración se extendió por los barrios y los townships. Un hombre blanco abrazaba a una mujer negra, sin importarle el color de su piel”.

“El día del funeral, estaba lloviendo desde media noche, y aun así, la gente estaba haciendo cola en el estadio desde las cinco de la mañana. Y allí estaban, calados, sentados durante más de cuatro horas. Al menos había 65.000 personas. Y ahora, miro aquí (la capilla ardiente) y no dejo de ver personas pasando. Nadie está contando cuanta gente ha venido hasta aquí”.

Hace unas horas, Mac Maharaj acaba de despedir en un almuerzo a 250 personas de las delegaciones de los más de 90 países que acudieron a la ceremonia oficial de Soccer City, en la que se produjo el histórico apretón de manos entre el presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro .

“Vinieron al funeral de Mandela, que predicó no recurrir a la guerra para lograr la libertad. Si no se daban la mano, habrían dicho al mundo que no aprendieron la lección. Creo que fue extraordinario, porque al menos dijeron, sobre la tumba de Mandela, démonos la mano. Hablemos”.

La lección de Madiba

"El simbolismo es muy importante, y espero que esto inicie una era en la que Cuba y EEUU resuelvan sus problemas hablando. Es la primera vez que dos mandatarios de esos países se dan la mano. Y si esto se convierte en el punto de partida para una solución, qué gran manera de honrar a Madiba, que gran manera de decir al mundo: hemos aprendido la lección”

Mac recuerda los años de Robben Island , cuando conoció a un Mandela tan fácil de tratar, pero con una barrera que impedía penetrar en él. “Me costó dos años que me abriera las puertas”, recuerda. El hombre reflexivo y pausado de los largos debates de Robben Island, se convirtió después en el hombre de acción, de la toma de decisiones, que fue antes de entrar en la cárcel.

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