Hollande, abucheado en los solemnes actos del fin de la Primera Guerra Mundial

Francia celebra el 11 de noviembre el armisticio que puso fin a la guerra de 1914-1918, el 11 de diciembre de 1918. Se trata de una fiesta de gran solemnidad cívica, que este año tenía una importancia particular: el presidente Hollande ha lanzado oficialmente las grandes ceremonias del centenario de la primera guerra mundial.

Acontecimiento sin precedentes: el presidente de la República ha sido abucheado de manera muy espectacular, con gritos de cólera muy viva: “¡Hollande, dimisión! ¡Abajo tu dictadura! ¡Vete, no te queremos..!”. Acontecimiento excepcional: en Francia, la celebración del día nacional del armisticio es una fiesta de gran solemnidad y unidad patriótica, jamás violada con “batalla” políticas o partidistas.

El presidente Hollande se encontraba acompañado de su primer ministro, Jean-Marc Ayrault , y de su ministro de la defensa, Jean-Yves Le Drian , cuando varios grupos “incontrolados” han conseguido romper las barreras de protección del jefe del Estado para interrumpir con sus gritos y abucheos la solemne ceremonia patriótica: “¡Lárgate, Hollande, no te queremos..!”.

Las fuerzas de seguridad se han visto forzadas a intervenir inmediatamente de manera muy expeditiva, neutralizando a varios grupos de jóvenes y menos jóvenes que cubrían sus cabezas con el ya célebre emblema de la revuelta popular en la Bretaña: gorros rojos, símbolo de la protesta social en una región que está en punta de lanza de la contestación social.

El Frente Nacional, acusado

Manuel Valls , ministro del Interior, afirma que la extrema derecha (sin citar al Frente Nacional de los Le Pen) está "detrás" de los abucheos, "de ahí el alto número de detenciones".

En la Bretaña se suceden desde hace semanas las jornadas de protestas y las huelgas a repetición. El movimiento popular bretón ha conseguido que Hollande retire un proyecto fiscal de cierta importancia, la “eco tasa” , un impuesto ecológico que debía servir para modernizar las infraestructuras. Aplazada inefinidamente la entrada en vigor de la “eco tasa”, el movimiento popular bretón sigue en la brecha.