Las chapuzas de la reforma sanitaria de Obama preocupan más que la NSA
No funciona la página web en la que se contratan los seguros médicos; y millones de ciudadanos corren el peligro de quedarse sin asistencia
maría g. picatoste
La chapucera puesta en marcha de la reforma sanitaria de Obama preocupa a la sociedad norteamericana –y al propio presidente– más que los escándalos del espionaje y las escuchas masivas llevadas a cabo por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). El contencioso de ... la NSA inquieta al entorno de la Casa Blanca por cuanto puedan debilitar sus relaciones con importantes aliados como Alemania o Brasil. Pero el verdadero quebradero de cabeza para Obama son los múltiples percances que está sufriendo la implantación de su reforma sanitaria .
Entre estos, figuran en primer lugar los pesadillescos problemas técnicos de la página web en la que los estadounidenses pueden registrarse para solicitar uno de los seguros médicos asequibles que comenzarán a funcionar en enero de 2014. Y en segundo término, la circunstancia de que millones de ciudadanos estén recibiendo en sus buzones la notificación de que, a partir de enero, no podrán mantener sus actuales seguros por no ajustarse a las nuevas exigencias de la reforma. No son problemas menores para el norteamericano medio. Y sirven de telón de fondo para el enconado debate que mantiene la sociedad norteamericana sobre la conveniencia de un seguro médico obligatorio. Hasta un 58 por ciento de los norteamericanos se oponen en la actualidad a la accidentada reforma sanitaria, tal y como se presenta en este momento.
HealthCare.gov La ya famosa web , comenzó a funcionar el pasado 1 de octubre, fecha que coincidió con el primer día del cierre parcial del Gobierno por la falta de acuerdo sobre los presupuestos para 2014. A pesar de la funesta coincidencia, lentamente miles de americanos comenzaron a visitar la página en busca de seguros médicos asequibles. Sin embargo, el creciente interés agravó el problema. Durante todos estos días, la web ha estado funcionando a muy bajo rendimiento, experimentando constantes caídas. Varios altos miembros de la Administración Obama han tenido que dar explicaciones en lo que se ha convertido en el debate más candente de la actualidad. Una de ellas fue la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, quien debió comparecer ante la Cámara de Representantes para pedir disculpas . «Os merecéis algo mejor», reconoció en alusión a los miles de ciudadanos que han tratado infructuosamente de registrarse en el mercado de seguros a bajo coste que ofrece la web. Como consuelo, Sebelius reiteró que su equipo está trabajando a destajo para solventar todos estos problemas.
Acumulación de problemas
Pero a Obama se le amontonan los problemas. Al tiempo que su equipo parece incapaz de reparar una página web, comenzaba a correr la voz de que muchos estadounidenses estaban recibiendo notificaciones de sus aseguradoras informándoles de que sus seguros dejarían de ser válidos a comienzos de 2014. Los planes están siendo cancelados porque no incluyen los diez requisitos mínimos que la reforma sanitaria dispone. Entre esas condiciones están la atención de emergencias, el tratamiento por enfermedades mentales o la atención durante el embarazo y el parto . Todos los seguros que no cumplan esos estándares serán ilegales a partir de enero.
Este hecho ha causado un enorme descontento entre los votantes, quienes se sienten traicionados por el presidente. Por si fuera poco, todos estos contratiempos están siendo aprovechados por los republicanos como artillería pesada contra una reforma sanitaria a la que se han opuesto desde su concepción. «El problema real es que no se le ha dicho la verdad a la gente», arguyó el gobernador de Nueva Jersey, el republicano Chris Christie.
Sendero espinoso
Lo cierto es que desde que en marzo de 2010 Obama rubricó la Ley de Protección al Paciente y Sanidad Asequible, conocida comúnmente como «Obamacare» , el camino recorrido por la reforma sanitaria ha sido más que espinoso. En estos tres años, la reforma ha sido llevada ante el Tribunal Constitucional y su mera existencia ha sido el principal asunto de debate político y social en el país.
Comparados con esta cuestión, el espionaje, la NSA y las relaciones internacionales de EE.UU. han quedado relegados a un segundo plano . Dentro del país, además, hay consenso social sobre la necesidad de que la NSA siga desempeñando su labor de recopilación de información e inteligencia en todo el mundo. Y los republicanos, lejos de sumarse a las críticas, advierten que los servicios de información no deben ceder ni un milímetro. Eso sí, se condena la intromisión masiva e indiscriminada. Sobre todo los más jóvenes muestran su desacuerdo. Y los más afectados ponen el grito en el cielo. Entre otros los directivos de Google y Ya hoo , que ayer se mostraron «escandalizados» porque la NSA ha «hackeado» sus servicios para acceder a sus servidores de datos.
Las chapuzas de la reforma sanitaria de Obama preocupan más que la NSA
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete