Francia convoca al embajador de EE.UU. tras saber que fue espiada

Según especialistas y antiguos funcionarios, «Francia también tiene una poderosa red de espionaje internacional. Todos los aliados se espían los unos a los otros . Ingleses y alemanes colaboran estrechamente con los norteamericanos. El contraespionaje francés es muy apreciado en Washington».

«Der Spiegel», en Alemania, y «The Guardian», en el Reino Unido, publicaron en su día informaciones denunciando el espionaje de la NSA en toda Europa. El Gobierno francés guardó silencio . Y un especialista consultado por RTL (primera radio privada de Francia), declaraba: «El Gobierno francés no quiere tirar de la manta. No es un secreto que el espionaje es la “norma” incluso entre aliados trasatlánticos».

Tras esos antecedentes, «Le Monde» reveló este lunes la amplitud inquietante del espionaje norteamericano. Entre el 10 de diciembre 2012 y el 8 de enero 2013, durante apenas treinta días, la NSA grabó y guardó más de 70 millones de conservaciones telefónicas y correos informáticos de ciudadanos o residentes franceses.

Revelando la parte más sensible de los documentos a los que ha tenido acceso, el rotativo describe con mucha precisión los mecanismos utilizados por la NSA para espiar «blancos» franceses o instalados en Francia : miembros de la Administración pública, políticos, empresarios, periodistas, personajes sospechosos de actividades o complicidades terroristas.

Según Le Monde, la NSA ha espiado a sus «blancos» franceses a través de tres «herramientas»: el espionaje telefónico, el espionaje de correos informáticos, las redes sociales, y la escucha de los cables submarinos, trasatlánticos, que son las grandes «autopistas» del tráfico trasatlántico de información.

Espionaje clásico

El espionaje telefónico de la NSA se realiza a través de varios operadores telefónicos norteamericanos (como Verizon), que sirven de «puente» con otros operadores europeos . Se trata de un espionaje relativamente clásico. Cuando los números «pinchados» suenan, los ordenadores de la NSA comienzan a grabar automáticamente. Y esas grabaciones se guardan durante mucho tiempo.

El seguimiento de correos informáticos y comunicaciones a través de redes sociales parece contar con la complicidad tácita de grandes grupos estadounidenses , como Google, Facebook y Microsoft . El espionaje de las comunicaciones informáticas cuenta con otra fuente de datos excepcional: los cables trasatlánticos que aseguran las relaciones trasatlánticas. Se trata de un punto capital, donde la tecnología francesa ocupan un puesto privilegiado.

Fleur Pellerin, ministra de la Innovación y la Economía Numérica reconoció hace tiempo que, en efecto, los cables submarinos y las «estaciones de aterrizaje» de dichos cables, a una y otra orilla del Atlántico, eran «nidos de espías y espionaje» . Hollande censuró personalmente la «ligereza» de la ministra, y el Ministerio de Defensa publicó un comunicado oficial afirmando que la ministra había cometido «una ligereza grave». Blanco privilegiado de la NSA, en Francia son las grandes empresas especializadas en tecnología estratégica, como Alcatel (fabricante de cables trasatlánticos) y Wanadoo (filial de Orange, el equivalente de la Telefónica española).

Pedir explicaciones

A los pocos minutos de conocerse las revelaciones de Le Monde, en su página web, los ministros franceses de Asuntos Exteriores e Interior, Laurent Fabius y Manuel Valls, respectivamente se vieron forzados a tomar posiciones firmes . Desde Luxemburgo, donde se encontraba en una reunión de trabajo europea, Fabius anunció la «convocatoria inmediata» del embajador de los EE. UU. en el Quai d’Orsay (sede de Exteriores), para pedir explicaciones, declarando: «Entre aliados, ese tipo de prácticas que atentan contra la vida privada son sencillamente inaceptables . Hay que asegurarse, rápidamente, que cesen tales prácticas».

Manuel Valls , ministro del Interior, por su parte, comentaba: «Me chocan profundamente esas revelaciones. Nuestro Gobierno pedirá explicaciones urgentes a las autoridades norteamericanas». Jean-Marc Ayrault, primer ministro, declaraba: «Estoy impactado por el comportamiento de EE.UU.. Me parece inconcebible que un país aliado espíe las comunicaciones privadas».