El gobierno de Túnez culpa a Ansar Sharía de las muertes de opositores y militares

«Hemos descubierto pruebas de que el grupo Ansar Sharía ha sido responsable de los asesinados de Chokri Belaid y Mohamed Brahmi así como de los ataques en el Monte Chaambi», junto a la frontera argelina, donde murieron los militares en una emboscada, dijo Larayedh.

El líder de Ansar Sharía, conocido como Abú Iyad , es el hombre más buscado del país desde que liderara en septiembre de 2012 el ataque a la sede de la Embajada de estados Unidos y el colegio americano de la capital tunecina.

Este antiguo yihadista en Afganistán y miembro de Al Qaida habría logrado escapar ya del país, según apuntan algunos medios locales . Hace pocos días habría sido visto en los alrededores del Monte Chaambi.

Negociar sin dimitir

Las autoridades tunecinas dijeron en un principio que los responsables de los ataques en esa región del oeste del país eran terroristas llegados del norte de Malí. El hecho de responsabilizar ahora a un grupo local podría ser una estrategia para tratar de calmar el descontento popular, en un momento en el que una parte importante de la población cree que los islamistas en el Gobierno no hacen nada por frenar la afrenta yihadista.

Los asesinatos de los opositores laicos Chokri Belaid, en febrero, y Mohamed Brahmi, en julio, han conmocionado a un país que abrió la Primavera Árabe pero que ve con miedo la labor al frente del Gobierno que desempeñan los islamistas, vencedores de las elecciones de octubre de 2011. estas muertes son, en parte, el origen del descontento de muchos de los ciudadanos que piden en la calle la dimisión del Ejecutivo.

Pero el primer ministro aprovechó además su comparecencia ante los medios para insistir en que el Gobierno no va a dimitir a pesar de las presiones del bloque opositor , que pone esa condición para emprender el diálogo bilateral.

Ennahda ha defendido la necesidad de negociar con el opositor Frente de Salvación Nacional , que agrupa a una heterogénea lista de formaciones políticas, para preparar unas elecciones anticipadas y facilitar el desbloqueo de la Asamblea Constituyente que prepara el proyecto de nueva Carta Magna, pero no condidera necesario que el Ejecutivo tenga que disolverse antes de sentarse en la mesa de diálogo.

Sin referirse al golpe impulsado por los militares y la oposición que ha descabalgado el Gobierno islamista en Egipto, Larayedh dijo que «las protestas de la calle no pueden arreglar las diferencias. Se necesitan soluciones políticas a través de medios democráticos y el diálogo».