El Gobierno egipcio retrasa dos horas el comienzo del toque de queda

Esta medida de excepción, que se inscribe dentro del estado de emergencia declarado en Egipto durante un mes, se levantará cada día, como hasta ahora, a las seis de la mañana. Sin embargo, los viernes, jornada en que las protestas suelen ser más multitudinarias tras el rezo del mediodía, la entrada en vigor del toque de queda seguirá siendo a las siete de la tarde.

Este anuncio del Gobierno se produce después de que ayer, en la jornada de protestas bautizada por los islamistas como el «Viernes de los Mártires», se registrase un importante descenso en el número de manifestantes respecto a la semana anterior. Las manifestaciones, que se llevaron a cabo bajo un amplio dispositivo de seguridad, apenas reunieron a centenares de seguidores de los Hermanos Musulmanes a la salida de las mezquitas, y tuvieron lugar en un ambiente mayoritariamente pacífico.

El viceprimer ministro egipcio, Hossam Eissa , dijo ayer que el Gabinete podría reconsiderar la necesidad de que el toque de queda siguiese en vigor en caso de que las tensiones aminoren en el país, informa el diario «Al Ahram». Rechazó, además, las acusaciones que apuntan que el jefe del Ejército y actual ministro de Defensa, Abdelfatá al Sisi , es el actual líder «de facto» del país. En este sentido, insistió en que el jefe de las Fuerzas Armadas no está involucrado en el proceso de toma de decisiones.

Situación excepcional

Egipto vive bajo estado de emergencia desde que los violentos enfrentamientos registrados la semana pasada entre islamistas y fuerzas de seguridad tras el desalojo de dos campamentos de protesta. A esta situación excepcional, en base a la cual el Ejército tiene ahora más poder para garantizar la seguridad, se suma el toque de queda que rige todos los días entre las siete de la noche y las seis de la mañana en 14 regiones, incluidas las de El Cairo, Giza y Alejandría.

Las autoridades han reconocido que más de mil personas —incluidos más de cien soldados y policías— han muerto desde el derrocamiento de Mursi, 700 de ellas la semana pasada. Los Hermanos Musulmanes creen que la cifra es mucho mayor y llegaron a denunciar varios miles de fallecidos tras los desalojos.