Las dos caras de las negociaciones con las FARC

Uribe piensa que Santos «ofende al honor militar»«Dialoga con las FARC al costo de la seguridad y sin exigir cese verificable. Reconoce a las FARC como actor político a pesar de su accionar terrorista. Ofrece impunidad y elegibilidad a los responsables de las atrocidades de las FARC», ha sostenido. Con ello, ha considerado que Santos «ofende el honor militar» y «desorienta a las Fuerzas Armadas» porque les ordena combatir el terrorismo y sin inmutarse «continúa el diálogo con asesinos de soldados y policías». Uribe ha apuntado que todo ello ha derivado en un fortalecimiento de la guerrilla. «El número de terroristas de las FARC había bajado aproximadamente de 30.000 a 6.800 y, en lugar de estar en 2.000 sube a 8.000», ha detallado.

La postura de Uribe se enmarca dentro de una disyuntiva que divide a las fuerzas políticas colombianas entre «los partidarios de paz y los de la guerra», tal como señala la periodista colombiana María Jimena Duzán en su artículo «La oposición de Robledo», publicado por la revista «Semana». La reportera añade que si «se firma la paz en La Habana, el peor escenario que puede tener Santos es un Congreso sin oposición» , ya que el triunfo de las negociaciones aseguraría la reelección del presidente del Gobierno .

«Apoyar el proceso de paz no nos convierte automáticamente en santistas ni neutraliza nuestra capacidad de crítica frente a este Gobierno, ni nos hace menos independientes, pero sí nos ubica en el lado donde están los partidarios de una opción distinta a la guerra», escribe Duzán.

Santos y «el futuro»

Por su parte, Juan Manuel Santos ha respondido a quienes se oponen a continuar las negociaciones con las FARC diciendo que está «enquistados en el pasado» y que tratan de frenar el progreso del país latinoamericano y ha instado a «mirar hacia el futuro» .