Sudáfrica se aferra a la vida de Nelson Mandela

En inglés, en afrikaners, sin distinción de lenguas, los periódicos recogían el deterioro de su salud, que algo dio un giro a su diagnóstico en apenas 24 horas. Pese a la mejoría de la semana pasada, el expresidente de Sudáfrica se encuentra ahora en su situación más delicada desde su ingreso hospitalario hace más de dos semanas.

«Un día triste para Sudáfrica»

«Estamos muy preocupados. No podemos dormir. A cada momento queremos saber cómo está. Queremos que se ponga bien», explica una cajera negra de un supermercado en la capital Pretoria, donde se encuentra hospitalizado Mandela.« Tiene que vivir , porque lo ha hecho todo por este país. Sin él, no podríamos estar hablando ahora tu y yo», asegura.

Las esperanzas de ver a Mandela fuera del hospital se disipan. Si es dado de alta, comentan los periodistas a las puertas del Hospital del Corazón Medi-Clinic , será para morir en su casa, junto a su familia.Nelson Mandela, de 94 años, visita el hospital por cuarta vez en seis meses, y la escasa información del gobierno tampoco contribuye a rebajar la preocupación.

En un encuentro con los editores de prensa sudafricanos, que acabó por convertirse en una rueda de prensa sobre el estado de del exmandatario, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma , se limitó a repetir el escueto informe del domingo por la noche. «No soy médico, por eso no puedo dar más detalles sobre su gravedad. Pero entiendo que si una persona está en estado crítico, es que su situación es crítica», afirmó Zuma.

Los sudafricanos «nunca estarán preparados para la muerte de su héroe», afirmaba este lunes Phumzile Mlangeni , locutora de la radio estatal SABC frente a las puertas de la clínica donde se encuentra ingresado.

« Será un día muy triste para Sudáfrica . Es la persona que todos amamos, pero creo que es tiempo de dejarle marchar. Ha hecho su parte, tiene casi 95 años, y ha entregado su vida a nosotros», explica con resignación un joven sudafricano de ascendencia europea. Su hija Makaziwe explicaba hoy que su padre «está en paz consigo mismo», y que la familia tratará de hacer todo lo posible por que supere estos momentos difíciles. Su esposa Graça Machel, su exmujer Winnie Mandela y su hija Zinzi permanecen en todo momento junto a la cama del premio Nobel de la Paz.

Seguir rezando

En el exterior del hospital de Pretoria los ciudadanos han colgado sus muestras de cariño y sus deseos de que Mandela se recupere. Los medios de comunicación acampan frente un hospital envuelto en grandes medidas de seguridad para garantizar la intimidad y el confort del expresidente mientras se agarra a la vida. A los sudafricanos, mientras tanto, solo les queda seguir rezando.