La larga lengua de los predicadores del odio islamista

Fallece en Kenia un conocido líder radical ligado a la captación de terroristas para Somalia, en unas conexiones que llegan hasta el crimen del soldado británico Lee Rigby en Londres

EDUARDO S. MOLANO

Khalid Ahmed, clérigo radical acusado de reclutar jóvenes para unirse a la milicia islamista somalí de Al Shabab, perdió la vida el pasado domingo en un enfrentamiento con la policía keniana, según confirmaron las autoridades locales.

Ahmed estaba acusado de ser uno de ... los principales colaboradores del predicador Aboud Rogo , quien, el pasado mes de agosto, también fallecía durante un tiroteo registrado en la localidad costera de Mombasa.

Sin embargo, las conexiones se extienden en el espacio. Y a tres bandas. Rogo -que se encontraba en una lista de sanciones de Estados Unidos por «participar en actos que ponían en peligro la estabilidad de Somalia»- habría servido, presuntamente, de líder espiritual a uno de los dos detenidos por el asesinato del soldado británico Lee Rigby en Londres.

El pasado fin de semana, el Ministerio británico de Asuntos Exteriores confirmaba que Michael Adebolajo fue arrestado a finales de 2010 en Kenia . En este sentido, las primeras hipótesis aseguran que éste se reunió con familiares y socios del clérigo Aboud Rogo, ante su intención de unirse al grupo rebelde Al Shabab en Somalia.

No sería el único caso. A mediados del pasado año, un informe del Grupo de Vigilancia de las Naciones Unidas sobre Somalia ya denunciaba el reclutamiento masivo llevado a cabo por el centro islámico «Consejo de la Juventud Musulmana (MYC)» en los asentamientos populares de la capital de Kenia, Nairobi.

Como asegura a ABC el analista local Abdihakim Haji, la organización basaba su éxito en dos premisas. Por un lado, la «depresión social de la región» , caso de la localidad de Garissa, en la frontera entre Kenia y Somalia, que cuenta con un 90% de desempleo juvenil. De igual modo, para el experto, se uniría otra variante: «la promesa económica» .

Las cifras no dejan lugar a la duda. Durante los meses más fructíferos de la milicia (ahora, tras la toma de su enclave estratégico de Kismayo, el grupo sufre un serio varapalo económico), Al Shabab llegó a ofrecer hasta 350 euros mensuales a sus nuevos miembros. En un país como Somalia, con una renta per capita no superior a los 500 euros anuales.

Por ello, no resulta extraño que las raíces del reclutamiento de Al Shabab en su vecina Kenia tengan origen en los barrios más deprimidos de Nairobi y Mombasa.

Del chabolismo a la yihad

Éste es el caso del asentamiento de Majengo, donde los esfuerzos por la captación de simpatizantes han sido dirigidos históricamente por el carismático predicador Ahmed Iman Ali.

En septiembre de 2010, durante un encuentro con simpatizantes de Al Shabab, Ali instó a su audiencia a «cortar» las gargantas de los «infieles» y lanzar ataques terroristas sobre Kenia.

Curiosamente, el clérigo radical Rogo había sido antiguo maestro de Ali, por lo que era orador habitual en los eventos organizados por éste.

La larga lengua de los predicadores del odio islamista

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios