Buenos Aires protesta con un nuevo «cacerolazo» en contra del Gobierno de Cristina Kirchner

Mientras la presidenta argentina asiste a la juramentación de Maduro, un grupo de ciudadanos y políticos le exige poner más atención al tema de la inseguridad y la corrupción

Buenos Aires protesta con un nuevo «cacerolazo» en contra del Gobierno de Cristina Kirchner efe

carmen de carlos

Argentina es una democracia pero no un Estado de Derecho. La corrupción en el poder es una enfermedad eterna. La inflación, una fiebre que no cesa. Los ciudadanos que se lanzaban anoche a las calles, a golpe de cacerolas, enviaban mensajes de este tenor. La ... convocatoria era un grito de protesta contra el modo de gobernar de Cristina Fernández de Kirchner, la imposición del «pensamiento único», el doble cambio de divisas, la inseguridad y la ausencia de políticas de Estado que se traduzcan en infraestructuras para evitar inundaciones como las recientes. También, una demanda a la Administración para que trabaje por un estado de bienestar común frente a la consolidación del clientelismo.

«¡Digamos basta! ¡Hagamos ruido!» Las consignas anticipadas eran comunes a las dos anteriores, la del 13-S y el masivo 8-N . La «cacerolada» del 18-A, la de anoche, concentraba a la multitud en Buenos Aires pero la protesta era extensiva al resto de las provincias argentinas. El contenido, las reclamaciones, eran las mismas. La novedad incorporó la participación de partidos políticos y sectores sindicales que se sumaron a las movilizaciones.

El ambiente estaba y estará por mucho tiempo, caldeado en Argentina. En el Senado y la Cámara de Diputados, ayer mismo, la mayoría oficialista seguía dando luz verde a un paquete de reforma judicial que dejará en manos del gobierno de turno la designación de los jueces y su destitución. El trámite «express» seguía su curso sin tocarse una coma y en un plazo estimado de quince días, será ley. Ese proyecto es el más polémico junto con otro que, prácticamente, anula el derecho a los recursos de amparo o medidas cautelares contra el Estado. El tercer caballo de batalla en el asalto al Poder Judicial, como considera el arco opositor la reforma que la presidenta bautizó «Democratización de la Justicia» , es la creación de una tercera instancia previa a la Corte Suprema (Tribunal Supremo) que, a efectos reales, retrasará los procesos judiciales y la intervención de la máxima instancia judicial.

Manifestación

«Es necesario defender las instituciones del país en la calle y en las urnas», proclamó el ex candidato presidencial socialista, Hermes Binner. El presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), de corte socialdemocráta, Mario Barletta, se expresó en términos similares, «Hay que ganar la calle para que pierda la corrupción. La reforma judicial es para garantizar la impunidad de funcionarios corruptos». Las manifestaciones de Barletta coinciden con la difusión de un reportaje en televisión del periodista Jorge Lanata, donde se destapó la trama de corrupción «K» y la ruta del dinero negro acumulada por el ex presidente Néstor Kirchner. En total, según el programa, se habrían desviado unos cinco mil millones de euros.

«Esta semana no es como cualquier otra en nuestro país. Se pone en juego la justicia y cuando ella está en juego muchas cosas entran en crisis». La reflexión del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, quedó plasmada en una carta pública en la que instaba a la población a sumarse a las movilizaciones de anoche. «Es muy importante que vos también te involucres. Que participes. Que no seas indiferente. Juntos podemos cambiar esta historia. Pero para eso necesitamos que nadie se quede callado».

Graciela Ocaña, ex ministra de Salud de Cristina Fernández de Kirchner, sentenció, «pedimos que el Gobierno se haga cargo de los problemas de la gente y termine con la inseguridad y la corrupción de este país».

Anoche, mientras la gente se multiplicaba en las calles, la presidenta se encontraba ausente. Viajó a la cumbre extraordinaria de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) de Lima para tratar «el caso» de Venezuela. Este viernes asistirá al acto de investidura de Nicolás Maduro. El ruido de las cacerolas no le llegó pero se lo dedicaban a ella.

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