Kirchner apunta contra la Justicia
La presidenta de Argentina envió un paquete de proyectos de ley para, según sus palabras, «democratizar la justicia»
Carmen De Carlos
La operación está en marcha. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner , envió un paquete de proyectos de ley para, según sus palabras, «democratizar la justicia». Con mayoría en ambas Cámaras, el Ejecutivo pretender aprobar en un trámite relámpago una legislación que, ... en rigor, ralentiza los procesos judiciales, debilita a la Corte Suprema (Supremo) y crea una estructura judicial politizada y bajo el influjo del Gobierno. La oposición rechaza en bloque la iniciativa pero su voto vale poco o nada frente al rodillo kirchnerista.
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Se trata de seis proyectos que recibirán tratamientos independientes a partir de hoy. Entre los que han provocado mayor escándalo figura la ampliación -por el voto universal- del Consejo de la Magistratura, equivalente, con matices, al Consejo General del Poder Judicial. De aprobarse, el órgano encargado de seleccionar y destituir a los jueces en Argentina pasaría de 13 a 19 miembros. Las nuevas incorporaciones tendrían que cumplir como requisito, ser académicos de cualquier carrera universitaria mientras uno, forzosamente, debería ser abogado. Es decir, ese Consejo Judicial podría completarse con matemáticos, químicos, farmaceúticos o, por citar otras profesiones ajenas a la Judicatura, ingenieros agrónomos.
Las reformas
De aprobarse sin modificaciones esta propuesta, como previsiblemente sucederá, también se corregiría la mayoría necesaria para destituir a un magistrado que pasaría de dos tercios a la mitad más uno.
En el marco de estas iniciativas, la oposición recuerda que Cristina Fernández de Kirchner, en su época no tan lejana de senadora, presentó un proyecto de ley para reducir el número de integrantes de la Magistratura. Es decir, para hacer exactamente lo contrario de lo que hace ahora que tiene el poder.
Otro de los puntos espinosos de la normativa que la presidenta quiere sacar adelante es la creación de tres nuevas instancias judiciales previas a la Corte Suprema. Se trata de Cámaras de Casación en distintos fueros que no solo harán más lentos los procesos sino que, con la reforma del Consejo de la Magistratura, podría abrir la puerta para que el Ejecutivo imponga a los jueces que le responden incondicionalmente.
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