Francia y Chad urgen un relevo a sus tropas en la guerra de Malí
París propone que los cascos azules de la ONU se desplieguen a partir del 1 de julio
luis de vega
Francia y Chad, los dos países que más tropas han enviado a la guerra de Malí y que más se han implicado en la lucha contra los yihadistas y los terroristas, empiezan a ver cuesta arriba un conflicto que no ha despertado demasiado interés en ... Occidente y que se alarga más de lo que sus gobiernos desean.
París, que ha retirado ya a algunos de sus militares, quiere que los cascos azules que integren la misión de paz de la ONU en Malí se desplieguen a partir del próximo 1 de julio. Así se lo ha propuesto a los miembros del Consejo de Seguridad este lunes. La ONU en todo caso no tiene pensado desplegarse hasta que no se den por terminados los combates actuales, por lo que este calendario será revisado si la inestabilidad se mantiene.
Chad, que tiene sobre el terreno a 2.000 soldados y es además el país que más bajas ha sufrido con 36 militares fallecidos, prepara ya la retirada definitiva de su contingente. Con 167 votos a favor y sólo uno en contra el Parlamento aprobó este lunes solicitar al Gobierno un plan para traer a casa a las tropas en un plazo «razonable de tiempo». Un batallón que se encontraba desplegado en la ciudad de Kidal ha cuelto ya a su país.
El propio presidente Idriss Deby reconoció en una entrevista el pasado fin de semana a varios medios franceses que da por «terminada» la lucha de sus hombres contra los terroristas en el norte de Malí.
Apoyar la transición
La misión de los cascos azules no será hacer frente de manera directa a los grupos yihadistas y terroristas que se hicieron fuertes en el norte de Malí en 2012 y a los que hace frente una alianza internacional liderada por Francia desde el pasado enero. Los agentes de la ONU trabajarán esencialmente para mantener la calma en los principales núcleos urbanos e impedir que esos grupos armados regresen para imponer de nuevo su autoridad.
También deberán apoyar a las autoridades locales en el proceso de transición, la organizaciónde elecciones y facilitar el diálogo nacional entre las diferentes etnias -especialmente tuaregs y árabes- y tendencias.
La Misión de Naciones Unidas para la estabilización de Malí (Minusma) contará con algo más de 11.000 efectivos milotares y unos 1.500 policías y tendrá un mandato inicial de un año, según el proyecto de resolución que apoya Francia y a cuyo texto ha accedido la agencia France Presse.
De los 4.000 militares franceses enviados a Malí un millar se quedarán allí de manera permanente para ayudar a los cascos azules en caso de que fuera necesario.
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