Una mujer capitaneará, por primera vez, al Servicio Secreto de Estados Unidos

«Julia está eminentemente cualificada para dirigir la agencia», dijo Obama el martes al anunciar el nombramiento. «Julia ha tenido una carrera ejemplar, y sé que su experiencia la guiará» al frente de un cuerpo que «protege nuestros líderes y nuestras primeras familias, incluido yo», declaró el presidente estadounidense.

Pierson, de 53 años, que lleva 30 en el Servicio Secreto, los últimos como jefa de gabinete del director, tiene como primera misión recuperar el prestigio para el cuerpo, después de que el año pasado trece de sus miembros pasaran la noche con prostitutas en la víspera de la llegada de Obama a Cartagena de Indias, donde habían acudido para preparar la seguridad de la visita.

El escándalo, que llevó a la expulsión del Servicio Secreto de algunos de los implicados, destapó una cultura interna de machismo y de relajación de costumbres contrarias al espíritu de exigencia personal que supuestamente regían el cuerpo. El hasta ahora director, Mark Sullivan, dimitido hace un mes tras pedir perdón por lo ocurrido, ya ha puesto en marcha nuevas medidas internas para impedir una situación semejante, como la prohibición de alcohol y salir por la noche en los viajes presidenciales.

El Servicio Secreto, ocupado de la seguridad del presidente, vicepresidente, candidatos presidenciales y mandatarios de visita, cuenta con 3.500 agentes, de los que solo el 10 por ciento son mujeres. Después de tres años como policía, Pierson ingresó en 1983 en el Servicio Secreto, primero en su departamento de agentes uniformados. Después de diversas funciones, pasó a ocuparse directamente de la seguridad presidencial con George Bush padre, y continuó después al servicio del resto de inquilinos de la Casa Blanca.

La promoción de Pierson coincide con la presencia de otra mujer al frente de uno de los principales departamentos de la CIA, el de operaciones clandestinas, encargado de los agentes secretos en el exterior y de sus operaciones encubiertas. Debido al carácter absolutamente reservado de esas funciones su nombre no es desvelado. A diferencia de Pierson, no obstante, su mantenimiento en el puesto no está asegurado. Lo está ejerciendo de modo interino, tras la marcha del hasta ahora responsable de esa área, y es posible que el nuevo director de la CIA, John Brennan, la acabe desplazando.

Brennan se encuentra ante una decisión comprometida, según desvela el «Washington Post», ya que si bien internamente varios agentes indican que la agente se merece el nombramiento, este podría ser políticamente incorrecto ya que ella tuvo una alta responsabilidad en el polémico programa de detención e interrogatorios de terroristas tras el 11-S.