Un rostro, dos terroristas

El semanario Paris Match y la emisora RFI muestran un primer plano de un hombre con barba entrecanosa y bigote algo más oscuro con una herida importante en la parte superior izquierda del rostro, a la altura del ojo. La revista afirma que es el cuerpo de Abdelhamid Abú Zeid. La emisora, que podría tratarse de Mojtar Belmojtar.

El cruce de identidades enmaraña más todavía las informaciones salidas a la luz en los últimos días tras los feroces combates que han librado tropas francesas y chadianas al norte de la provincia malí de Kidal frente a grupos yihadistas.

Hasta ahora sólo Yamena ha confirmado ambas muertes. París y Washington dan cierta verosimilitud a esas informaciones, pero no dan por fallecidos a ninguno oficialmente.

De ser ciertas las muertes se trataría del mayor golpe asestado a AQMI, la más importante banda terrorista de la zona del Sahara y el Sahel. Es más, Abú Zeid y Melmojtar han copado a lo largo de una década el grueso de los secuestros de extranjeros en la región, con cuyos rescates han recaudado decenas de millones de euros que suponen la principal fuente de ingresos de la banda.

En el macizo montañoso de Ifoghas, cerca ya de la frontera con Argelia, siguen los combates. Una quincena de yihadistas habrían muerto en la noche del lunes al martes a manos de tropas galas y chadianas, según el Ministerio de Defensa francés.

El terreno es complicado y los radicales armados están diseminados en pequeños grupos, a veces escondidos en cuevas que conocen bien.

La otra gran incógnita es el paradero y el estado de salud de la media docena de rehenes franceses que están en manos de AQMI y que podrían estar en esas mismas montañas. Abú Zeid habría escapado con ellos de Tombuctú poco antes de que fuera recuperada por militares franceses y malíes a finales de enero.