La cruel verdad histórica tras la película más famosa de Kirk Douglas: brutalidad en la IGM

Entre las obras más famosas que protagonizó destacan « Espartaco » o « Duelo de titanes ». Sin embargo pocas cuentan con más carga histórica que « Paths of glory » (« Senderos de gloria » en nuestro país). Antibelicista hasta la exetenuación, el «filme» se basa en un suceso tan triste como verídico: el fusilamiento por parte del ejército francés de cientos de sus soldados como escarmiento por desertar o abandonar sus responsabilidades en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

La barbarie en la que se basa el largometraje no pudo ser más palpable. A lo largo de la Primera Guerra Mundial (desde 1914 a 1918) el ejército francés acabó con la vida de entre seis centenares y un millar de sus propios soldados.

Un último estudio, publicado en 2017, documentó un total de 825 fallecidos. Más de medio millar por desobediencia militar, un centenar por delitos comunes y otros tantos por espionaje. La realidad es que la mayoría no eran más que combatientes jóvenes que se habían visto arrastrados hasta las trincheras y que, debido al miedo, habían decidido abandonar sus posiciones en vanguardia. Fueron, en definitiva, llevados al patíbulo para dar ejemplo .

Y es que, para la oficialidad gala, estos combatientes eran vistos como la escoria de la sociedad. El investigador Alejandro C. Tarruella afirma que, en Francia, «la figura del desertor resultó incómoda» debido a que era un país en el que «predominaban los clamores nacionalistas y las consignas épicas». Tal y como explica en «1914. Argentina y la Primera Guerra Mundial» , a muchos se les condenó por otros delitos para evitar el efecto llamada entre las tropas y, en otros tantos casos, porque ellos «tampoco se asumieron como tales por miedo a ser considerados cobardes».

El fusilamiento de estos soldados causó gran controversia en Francia el pasado 2018, durante la celebración del centenario del fin de la Primera Guerra Mundial . La polémica se reavivó cuando varias organizaciones militares exigieron la rehabilitación de los ajusticiados y su perdón por parte del gobierno. En palabras de Tarruela, al final las aguas se calmaron cuando François Hollande firmó la amnistía de estos hombres.

De estas muertes bebe la película protagonizada por Kirk Douglas . El prolífico autor José Luis Hernández Garvi narra el suceso en el que se basa « Senderos de gloria » en su obra «Eso no estaba en mi libro de la Primera Guerra Mundial» . En sus palabras, el hecho original se ubica en febrero de 1915 en la famosa y cruenta Batalla de Verdún . Durante la misma, el general Géraud Réveilhac ordenó a sus hombres que tomaran, mediante una clásica ofensiva a golpe de infantería, una posición defendida por tropas alemanas curtidas.

Tal y como afirma el experto en el mundo castrense José Manuel Fernández López en su flamante «Con las botas puestas: La historia del soldado a través del cine» (Edaf, 2020), esta forma de combatir era habitual dentro del ejército galo: «La estrategia francesa era ofensiva. Consistía en un ataque frontal de ruptura del dispositivo enemigo en dos direcciones hasta alcanzar sus vitales líneas de comunicación».

En sus palabras, en la Primera Guerra Mundial se confiaba demasiado en la fuerza moral y en que la victoria se alcanzaba a golpe de cuchillo. «El soldado francés de 1914 era, esencialmente, un combatiente a la bayoneta . Todo era consecuencia del menosprecio del fuego, de la ofensiva a ultranza y de la sobrestimación del valor del combatiente», añade en su nuevo libro. Con estas ideas, no es de extrañar que sufrieran varias «hecatombes por enfrentarse a un enemgo (el alemán) que primaba la potencia de fuego en la defensa».

Eso es lo que ocurrió aquel día de febrero. Los intentos de hacerse con la posición fueron en vano y, después de una cruenta batalla, la unidad a las órdenes de Réveilhac amenazó con retirarse. Para evitarlo el oficial ordenó que la artillería disparara sobre sus propios subordinados . La orden no se cumplió y las tropas pudieron volver a lugar seguro. Algo lógico debido que, para Garvi, el ataque había sido una verdadera locura y estaba destinado al fracaso.

Pero Réveilhac no tuvo piedad y ordenó fusilar a cuatro soldados para dar ejemplo y como venganza por aquella debacle. La elección no fue a dedo, sino de forma aleatoria. Poco después, la sentencia fue ejecutada en el pueblo de Souain-Perthes-lès-Hurlus , al norte de Chálons-en-Champagne .

Según desvela Garvi a ABC, una vez perpetrada esta tropelía el general fue retirado del frente por su ineptitud, aunque mantuvo su rango durante el conflicto. El país declaró estas muertes como improcedentes y, en los años treinta, se indemnizó a sus familias... ¡con un mísero franco !

Este caso no fue el único. Ese mismo año, el general francés Delètoile ordenó fusilar a seis de sus soldados de la 5ª Compañía del 63º Regimiento por cobardía ante el enemigo.

Y, en 1917, sucedió otro tanto después de que el oficial galo Robert Georges Nivelle llevara a cabo la ofensiva de Chemin des Dames . Tras el desastre que se produjo en este golpe de mano se produjeron varios conatos de insubordinación que derivaron en un motín de hasta 35.000 combatientes (en la práctica, 68 de las 112 divisiones que había ubicadas en la región). El resultado fue el ajusticiamiento de seis de ellos como ejemplo.

Con todos estos mimbres, Humphrey Cobb , veterano de la Primera Guerra Mundial , dio forma a una novela (« Paths of Glory ») basada en sus propias experiencias. Este libro fue en el que se basó Stanley Kubrick para crear la película homónima.