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La genialidad logística de la Monarquía Hispánica: las lecciones que Putin debería aprender de los Tercios españoles

El historiador Juan Víctor Carboneras, uno de los artífices de la campaña de micromecenazgo para erigir una estatua en honor a estas unidades en Madrid, desvela a ABC el sistema de abastecimiento de la Monarquía Hispánica durante tres siglos

Detalle del cuadro «El milagro de Empel», por Augusto Ferrer-Dalmau Vídeo: La vida en los Tercios, la mejor infantería de Europa - Carolina Mínguez
Manuel P. Villatoro

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La invasión rusa ha dejado estampas que tardarán en diluirse. Una de ellas, la escasez de raciones de combate, combustible y munición que han padecido las tropas de Vladimir Putin tras internarse en el país dirigido por Volodimir Zelenski . Ucrania va camino de convertirse en la tumba mediática de un ejército que parece sacado de la Guerra Fría. Y por culpa, entre otras tantas cosas, de los problemas logísticos que arrastra. Dificultades que los Tercios españoles padecieron durante su expansión por Europa y que, durante más de trescientos años, supo paliar la Monarquía Hispánica. «Se crearon prodigios como el Camino Español, pero también estrategias para defender los convoyes de suministros durante los movimientos en campaña», desvela a ABC el historiador Juan Víctor Carboneras , autor de 'España mi natura: Vida, honor y gloria en los Tercios'.

Carboneras es también el presidente de la 'Asociación 31 Enero Tercios', la cual –junto a la 'Fundación Arte e Historia Augusto Ferrer-Dalmau', la 'Asociación Amigos del Camino Español de los Tercios' y la 'Fundación Tercio de Extranjeros'– busca recaudar fondos a través de una campaña de micromecenazgo para el proyecto 'Una pica en la Castellana' . Con ella, pretenden erigir una estatua dedicada a los Tercios españoles en el centro de Madrid. El objetivo final es conseguir 200.000 euros para que el escultor Salvador Amaya, basándose en los bocetos del pintor Augusto Ferrer-Dalmau, pueda dar vida a cinco figuras que recrean a estos combatientes. «Contaremos con los mejores expertos en la materia para que el monumento sea lo más fiel posible a la realidad de los soldados de los Tercios», afirma a ABC.

[Pinche aquí para ir a la página del micromecenazgo]

- ¿Existe algún factor clave dentro del aprovisionamiento de tropas de los Tercios españoles?

Sí. Para conocer cómo era el aprovisionamiento de tropas hay que saber, en primer lugar, cómo se trasladaban los combatientes de un lugar a otro. El sistema era complejo, pero efectivo. La Corona era el principal agente en todo este entramado. Lo primero que hacía era establecer una serie de alianzas con territorios amigos y afines para que estos permitieran el paso a sus soldados. Algo que se hacía según las circunstancias y el tiempo. Por eso las rutas estaban en constante cambio y no podemos hablar de una única. Después era cuando el ejército se movilizaba. El trayecto más famoso era el Camino Español, al que hay que entender como un concepto historiográfico, y no algo puntual. Después eran ya los soldados los que pasaban de Italia o desde la propia Península a Flandes.

- ¿Como definiría el Camino Español?

El Camino Español se inició en 1567 por la necesidad de trasladar tropas apostadas en Italia hacia Flandes. El problema es que no se podía hacer por mar porque el Canal de la Mancha estaba plagado de ingleses y franceses que deseaban atacar a las naves de la Corona. La solución fue llevarlas a través de los territorios acumulados por la monarquía desde Milán hasta Bruselas. En la práctica era un recorrido de 1.200 kilómetros que se separaba en etapas. El Ejército era dividido en tres partes de manera que iban llegando de forma escalonada a las ciudades para aprovisionarse.

Estatua de los Tercios (proyecto)

- ¿Cómo se planteaba?

El Camino Español fue una proeza logística en la que todo estaba planteado con meses de antelación. Un ejemplo es que había una serie de comisarios que daban aviso previamente a los territorios por los que iba a pasar el ejército para que todo estuviera preparado para la llegada de los soldados. La idea era que, cuando los militares fuera superando las etapas del trayecto –algo similar a lo que vemos en el ciclismo– se alojaran con los civiles en las ciudades y dispusieran de alimentos. El sistema permitía que las urbes estuvieran aprovisionadas y tuvieran la capacidad de satisfacer las necesidades más primarias del combatiente. Aquello que no podía proveerle el Ejército.

- ¿Cómo era la ayuda de la población?

La población que alojaba soldados en cada una de las etapas estaba obligada a entregar una serie de bueyes, caballos y mulas, para también a ayudar en el transporte de mercancías y de soldados durante dos y tres días. Dependía de las circunstancias. Pasado ese tiempo todo volvía a su sitio.

- ¿Puede Rusia aprender algo de este sistema?

Si lo comparamos con la situación actual, en la que podemos ver que Rusia tiene problemas para aprovisionar tropas, imagina lo que era trasladar a 10.000 hombres y 7.000 civiles a través de 1.200 kilómetros por toda Europa. Crear un sistema que favoreciera y posibilitara eso fue una proeza.

- Durante la campaña, ¿eran habituales los ataques contra las líneas de abastecimiento?

En la guerra en Flandes, los ataques y escaramuzas durante los desplazamientos de tropas eran muy frecuentes. Tenemos la costumbre de asociar la guerra a batallas gigantescas, pero no era así. Las contiendas a campo abierto no solían darse. A cambio, lo más habitual es que hubiera escaramuzas en pequeñas aldeas o golpes de mano contra convoyes enemigos. Estas acciones han quedado reflejadas en la pintura de los siglos XVI y XVII gracias a artistas como Brahms o David Teniers. Al final es lógico: salía más rentable cortar las líneas de abastecimiento del contrario o golpear a las unidades que marchaban al frente para reforzar un asedio. Así, debilitaban al contingente que estaba en el sitio. En Flandes eran perfectas porque las distancias no eran demasiado grandes.

- ¿Cuáles eran los 'trucos' para evitar toparse con el enemigo?

Cuando se iniciaba un viaje siempre se buscaba contar con alguien cercano a la localidad desde el mismo punto de salida. Era muy útil porque elaboraban mapas de los trayectos más recomendables para evitar los ataques del enemigo. Estos guías solían ser ajusticiados cuando eran atrapados. También había zapadores que se adelantaban para investigar el estado de los caminos. Curiosamente, no existen muchos casos en los que hubiera centinelas en el viaje. Estos los encontramos solo en los campamentos.

- ¿Cómo evitaban los Tercios que se cortaran esas líneas de abastecimiento?

La marcha siempre se hacía de la siguiente manera. En primer lugar, se ponía en vanguardia una compañía de arcabuceros y luego, en el medio, se colocaba el grueso de las fuerzas. Aquí se ubicaban también los civiles que acompañaban al contingente, los proveedores y los vivanderos –fundamentales para conseguir productos que el Ejército no podía adquirir–. Formaban la llamada 'cola del Ejército', en la que se portaba todo el bagaje y el equipaje. En retaguardia se situaba también otra compañía de arcabuceros para contrarrestar los golpes de mano por parte de bandidos o enemigos. Este sistema se daba en tres escenarios diferentes: en el Camino Español, durante los movimientos entre posiciones o en la marcha hacia la batalla.

El último tercio, de Augusto Ferrer-Dalmau

- ¿Cómo se mantenían las líneas de abastecimiento en los asedios?

Este particular se ha estudiado poquísimo. Lo que tenemos claro es que siempre había una serie de plazas cercanas al lugar del asedio que abastecían al ejército sitiador. Los vivanderos eran de allí, por ejemplo, lo que favorecía que pudieran vender productos al contingente. Pero insisto, hay que investigar todavía mucho porque, más allá de que había acuerdos con asentistas y proveedores para llevar materiales como agua y grano, sabemos poco.

- Se buscaba, entonces, una relación con la población local...

Más que con la población, con los mencionados asentistas. Un ejemplo fue Miguel de Cervantes durante la mal llamada Armada Invencible. Él fue un asentista que firmó un contrato con la Corona que le obligaba a entregar víveres, especialmente trigo, a cambio de una determinada cantidad. Esto ocurrió igual en territorios flamencos e italianos. Se hacían acuerdos con particulares que, gracias a sus contactos, podían abastecer a los Tercios. Esas personas iban a las localidades y a los pueblos para conseguir lo que los soldados no podían. Era habitual.

- A los soldados rusos les falta la comida y sufren las penurias del día a día en lo que se refiere a abastecimiento... ¿Cómo era, en este sentido, el padecimiento y sufrimiento del soldado de los tercios?

Hay un cuadro que la refleja muy bien. Lo pinta Peter Snayers y refleja el asedio de Aire-sur-la-Lys. En él se muestra a los soldados casi como mendigos. El militar tenía una condición de vida muy compleja en ese momento. La alimentación estaba basada fundamentalmente en el bizcocho de forma casi exclusiva. A veces se acompañaba con queso (que tenía la ventaja de que no necesitaba ser cocinado y facilitaba mucho las cosas), carne en salazón, pescado, o grandes menestras que se servían en cuencos putrefactos, como nos reflejan muchos autores. A todo esto se sumaban unas condiciones climatológicas pésimas. También hay que tener en cuenta que depende del escenario. No era lo mismo Italia en los siglos XVI y XVII, que el norte de África, donde las dificultades en el aprovisionamiento eran mucho mayores. Hoy todavía se guardan las relaciones de víveres que se portaban desde Sicilia y Nápoles hasta La Goleta o Túnez. Eso era complejo y conllevaba muchos gastos.

- ¿Cómo se planteaban las campañas desde el punto de vista del aprovisionamiento? Supongo que de forma diferente a las actuales...

Todo se planteaba con mucha antelación. Años, de hecho. Se gestionaba la campaña y se llevaba todo lo necesario desde el primer momento. La Gran Armada de 1588 se preparó durante varios años, por ejemplo. Esa prudencia –a Felipe II le llamaban 'el rey prudente' por esa meticulosidad– marcaba la diferencia.

- ¿Cómo deberíamos recordar todo este sistema?

Me gustaría insistir en que el sistema de aprovisionamiento era muy complejo y conllevaba el trabajo de muchísimas personas. Cientos de hombres dedicados a que funcionara. Era algo magnífico para la época. Y ya no solo en el Camino Español . En la misma península había una serie de sistemas que facilitaban el alojamiento de soldados, la marcha a diferentes territorios... Solo para que nos hagamos una idea: al año se reclutaban entre 44 y 50 compañías. Imagina lo que supone eso en cuanto a documentación, preparativos... Era complejo hasta decir basta.

- Hablando de Felipe II... ¿Qué opina de las declaraciones de Zelenski?

Van inspiradas en la idea generalizada, auspiciada en parte por la Leyenda Negra, de la visión liberadora de Holanda. Se forjan sobre esa creencia nacionalista de que los Países Bajos estaban legitimados en su momento para oponerse al Rey de España, cuando la realidad es totalmente contraria a eso. Al analizar la guerra en Flandes nos damos cuenta, en primer lugar, de que el conflicto estalló por múltiples circunstancias, y no solamente por motivos políticos. También hubo factores religiosos como el desarrollo del calvinismo, ciertas familias nobles que querían obtener más poder y una acuciante crisis económica. No podemos reducir todo a lo que comentó en el discurso. Por último, hay que tener en cuenta que el ejército de la Corona era mayoritariamente valón, lo que implica que el enfrentamiento fue, más bien, una guerra civil. Ver como tirano a Felipe II, cuando era el legítimo rey del territorio flamenco, con las ideas nacionalistas del XIX no tiene sentido.

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