Gadafi: las amenazas del coronel
El martes prometió «limpiar Libia casa por casa» y ayer vinculó a los manifestantes con «terroristas y drogados». Palabras nada nuevas en un dictador, que, durante 42 años, ha desafiado y amenazado a medio planeta
ISRAEL VIANA
El martes Gadafi animó a sus fieles a «salir a las calles y arrestar a las ratas» , amenazó con «limpiar Libia casa por casa» y advirtió que, «bajo la ley de Libia, los que protestan merecen la pena de muerte». Ayer insistió en vincular ... a los manifestantes con «terroristas, drogados y agentes de los servicios secretos extranjeros» . Amenazas y ocurrencias nada nuevas en Gadafi, teniendo en cuenta que, en sus más de cuatro décadas en el poder, ha desafiado y enfrentado a medio mundo.
«La ejecución es el destino de cualquier persona que forme un partido político»
Poco después del golpe de Estado de 1969, cuando aún no había cumplido los 30 años, pero los grupos de derechos humanos ya denunciaban sus encarcelaciones indiscriminadas, las represiones sangrientas y las desapariciones masivas, se podía escuchar públicamente a Gadafi afirmar sin ningún reparo que él « podría emitir en cualquier momento una sentencia de muerte , porque la ejecución es el destino de cualquier persona que forme un partido político», decía.
En la década de los 70 era habitual oírle, por ejemplo, acusar en televisión a Rusia de la situación de Oriente Medio , («deberíamos luchar contra el enemigo, incluso si tuviéramos que hacerlo a pedradas») o a los países árabes de disminuir su apoyo a los comando palestinos en su guerra contra Israel .
«Una catástrofe mundial»
A partir de 1980, inmerso en continuos enfrentamientos con la administración Reagan, las amenazas a diestro y siniestro fueron constantes. Durante el XII aniversario de la revolución Libia , por ejemplo, Gadafi amenazó nada menos que con atacar los arsenales nucleares de la OTAN en Europa para «provocar una catástrofe mundial». También con establecer una alianza defensiva con Rusia contra Occidente o con apoyar las revoluciones que se estaban produciendo en El Salvador, Guatemala o Namibia. ABC aseguraba que aquellos encendidos discursos eran «sólo para uso interno , en un momento de frustración nacional».
«Wall Street Journal» dijo que Reagan estudiaba acciones para derrocar a Gadafi
Según algunas informaciones, la Casa Blanca trató de quitárse de en medio a este charlatán incómodo que, además, poseía importantes reservas de petroleo: en agosto de 1981, la revista «Newsweek» publicó que el director de operaciones de la CIA, Max Hogel , presentó un plan para asesinar al Gadafi y, poco después, « Wall Street Journal » aseguró que el gobierno de Reagan estudiaba varias acciones para derrocar al bravucón dictador.
España no quedó fuera de su punto de mira . En 1986, hizo la siguiente declaración pública: « Todas las ciudades del sur de Europa han sido declaradas, a partir del viernes 11 de abril, como zona de guerra para el contraataque libio». Gadafi sacaba pecho contra España e Italia en respuesta a los movimientos militares que el Ejército estadounidense estaba realizando por el Mediterráneo Occidental, provocando que ambos países solicitaran una reunión urgente con el Consejo de la Comunidad Económica Europea, para tratar de solucionar el problema por la vía diplomática.
«Una catástrofe mundial»
El mundo fijaba sus ojos en Gadafi , un dirigente peculiar y extravagante, pero astuto y pragmático a la vez, que había decidido convertirse en el azote de Occidente y sus opositores, ya fuera amenazando continuamente a Israel y realizando invitaciones públicas a «Afganistán, Namibia, Palestina, África del sur e Irlanda del Norte para hacer un frente mundial, con la gracia de Dios, contra el imperialismo americano», dijo en 1984; así como aprobando ejecuciones extrajudiciales para todos aquellos miembros de la oposición en el exilio, a los que continuamente calificaba de «perros callejeros».
Terminó su discurso ante la ONU tirando al suelo la Carta fundacional
Como consecuencia de su cada mayor aislamiento internacional a finales de los 90, Gadafi fue moderando sus posturas , sacando grandes ventajas de ello. Sin embargo, no moderó sus discursos. El último, en 2009, en la primera intervención que realizaba en la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas . Ante los principales líderes del mundo volvió a criticar duramente a esta organización que, aseguraba, no le proporcionaba « seguridad, sino terror y sanciones ». Terminó su intervención lanzanzando la Carta fundacional al aire y la dejándola caer al suelo.
Arengas públicas que forman parte de uno de los personajes más peculiares del siglo XX , cuya imagen se ha ido forjando a lo largo de los años hasta hacer el deleite de muchos periodistas, que escribían sobre su jaima, sus periodos en el desierto, la leche fresca de camella que bebía e, incluso, de la supuesta guardia personal formada por 30 vírgenes entrenadas para matar que le acompañaba en cada viaje.
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