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Schröder defiende la «razón práctica» del SPD frente a los «excéntricos»

El nuevo programa electoral del SPD apuesta en política interior por un pequeño giro a la izquierda mientras que apenas habrá cambios en Asuntos Exteriores

GUSTAVO MORA. SERVICIO ESPECIAL

BERLÍN. El canciller alemán, Gerhard Schröder, defendió ayer la «razón práctica» de su Partido Socialdemócrata (SPD) frente a los «excéntricos» contra los que tendrá que vérselas a derecha e izquierda.

Al presentar el «manifiesto electoral», el programa del SPD, titulado «Confianza en Alemania», lo defendió como una «clara perspectiva» para continuar sus reformas, sin dejar de lado guiños a la izquierda como un «impuesto para ricos» a las rentas de más de 250.000 euros anuales. Se mostró convencido de que las 60.000 personas que ganan esa cantidad en Alemania aceptarán sin chistar la subida del 42 al 45 por ciento del impuesto. «No creo que haya que suplicarles demasiado», dijo.

En política exterior, el área en la que goza de mayor aceptación popular, apenas habrá cambios si es reelegido. Alemania es una «potencia media» que actúa en el mundo «segura de sí misma, pero sin arrogancia», un país convencido de que hay que profundizar en la ampliación de la Unión Europea hacia el sur y el suroeste, como garantía de un continente con un futuro de paz y seguridad.

Fin a las controversias

La presentación del programa puso de relieve que el SPD ha dado por zanjada la polémica de las últimas semanas sobre el rumbo del partido. El canciller ofreció una impresión serena, y a pesar de que dejó claro que a su modo de ver la oposición no tiene ningún plan para Alemania, suavizó sus críticas a los cristianodemócratas. Se ofreció a debatir en televisión con su líder, Angela Merkel, y aseguró que la campaña no será «una cuestión de género, de elegir entre hombre y mujer», sino de mostrar «quién tiene la experiencia, la constancia y, a veces, la dureza necesarias para dirigir el país». A Schröder los periodos electorales le parecen tiempos «de desafíos emocionales» que le dan más fuerza de la que le quitan.

Aunque no dudó contar entre los problemas a resolver el elevado paro -4,7 millones de personas, el 11,3 por ciento de la población activa-, lamentó que en Alemania se hable del país peor de lo que está, y se refirió a una prensa económica extranjera que, según él, elogia el atractivo de Alemania para invertir y el superávit de sus exportaciones.

Así, el SPD se perfila como el centro político, entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la alianza electoral que formará el poscomunista Partido del Socialismo Democrático (PDS) con la Alternativa Electoral Trabajo y Justicia Social (WASG), fundada por disidentes del SPD enfadados con las reformas de Schröder. Descartó sin tapujos una coalición con el tándem PDS/WASG, al que se refirió como «esa extraña agrupación», y rechazó en redondo un debate con el líder de la WASG, el ex presidente socialdemócrata Oskar Lafontaine. El próximo lunes la CDU presenta su programa por lo que el canciller tiene aún una semana para calentar motores.

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